Dineros de inteligencia estarían tras el caso de Arango Bacci

Un anónimo, al parecer proveniente de la contrainteligencia naval, en el que se revelan los nombres de dos suboficiales de esa fuerza, se-ría una de las piezas del rompecabezas que se habría tejido para enlodar el nombre del almirante Gabriel Arango Bacci, el único oficial de ese rango que ha tenido que comparecer en juicio ante la Corte Suprema de Justicia. A eso se suma la declaración juramentada que hizo Erick Matos Montero ante el notario del Circuito de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, Ferdino Barnard, en donde narra que a él y a su hermano Eissin (falso testigo, según la defensa de Arango Bacci) les ofrecieron 20 millones de pesos a cada uno, por afectar al oficial. LOS DOCUMENTOS Los textos conocidos por Colprensa de manos de los abogados del almirante Arango Bacci y del propio oficial, hacen parte de la co-lumna vertebral de la estrategia de defensa en este caso. Detrás estarían, según esa declaración, un teniente de apellido González y un capitán Berrío, quienes son descritos en detalle por el declarante. A la referida suma de dinero, presuntamente ofrecida a los hermanos Matos, se añadirán amenazas de muerte en su contra como forma de presión para cumplir el encargo. “Mi hermano accedió y como a la semana viajó a Bogotá, ya estando acá él me llamó y me dijo que no me imaginaba a quién tenía que encausar o echarle el agua sucia, yo le dije que no sabía y él me dijo que era al Almirante Arango”, narra Erick Matos en su declara-ción de cuatro páginas, tras advertir que él no había apoyado esa causa por no poder salir de San Andrés por tener un proceso en su con-tra por golpear a un agente de la Policía. “Yo le dije que no y entonces se alteró, sacó la pistola con la mano derecha y me la puso en la cabeza me dijo que si quería quedar ahí…;”, manifiesta Erick Matos al describir la reacción del presunto teniente cuando escuchó su negativa frente a la insistencia para que apoyara la versión de su hermano en torno a Arango Bacci. Un nuevo ingrediente se suma a este caso. El referido anónimo de dos páginas manifiesta que el capitán Berrío y el teniente González “no existen”, sino que “son nombres ficticios con que trabajan en inteligencia en San Andrés”. LOS VERDADEROS NOMBRES La pieza de dos páginas curiosamente titulada “falso positivo no reconocido” hace referencia a los que serían los verdaderos nombres de Berrío y González. Al respecto da cuenta de un Sargento Mayor y un Sargento Segundo a quienes con nombre propio relaciona con la descripción hecha por Erick Matos, y advierte que la misma “es fácilmente compro-bable”. Pero a la posibilidad de que miembros de la contrainteligencia de la Armada estuvieran tras lo que el propio Arango ha calificado como un “falso positivo” en su contra, se suma el hecho de que el dinero usado para el pago de recompensas, estaría siendo usado para pagar testigos cuya misión sería llevar al almirante a prisión. “Hay muchos dineros de gastos reservados de inteligencia que se han perdido o malgastado en este montaje”, afirma la comunicación, sin ningún remitente. No sólo serían los 20 millones de los hermanos Matos, sino que se trataría de, por lo menos, 600 millones de pesos en total.