Según la funcionaria, 30 personas estarían involucradas en los dos tipos de fraude que se presentaron.
Los delincuentes, explicó Ramírez, lograron sacar la pensión de incapacidad de 27 personas, modificando 41 de las condiciones de las juntas calificadoras regionales de invalidez. Además falsificaron exámenes, tanto como para agravar el grado de invalidez de alguien, como para inventar un caso de enfermedad.
A parte, cambiaban la fecha del registro civil de nacimiento y la cédula, para poder cobrar las pensiones de 10 personas que aunque cumplían con las semanas exigidas, aún no alcanzaban la edad requerida para obtener dicho beneficio.
El hallazgo, dijo Ramírez, se logró debido a una serie de investigaciones internas y labores de auditoría en todos los procesos de reconocimiento de prestaciones económicas, tales como las pensiones.
La Contraloría, el DAS, la Fiscalía y la Procuraduría ya están trabajando en el caso y esperan la captura de los 30 involucrados, la próxima semana.
Ricardo Bonilla, experto laboral de la Universidad Nacional, dijo que siempre se le ha pedido al Seguro que tenga una información confiable sobre las historias de las personas. “Desde hace 15 o 20 años se ha dicho que el Seguro debe controlar que los historiales sean creíbles y confiables”, explicó el experto laboral.
Así, advirtió, “no se podrán presentar ese tipo de situaciones en donde oficinas paralelas conocen la historia laboral de las personas y proceden a usar dicha información en beneficio propio”.
Cédulas y datos modificados
“Es muy evidente”, resaltó Bonilla, que “se debe administrar un dato de informaciones muy a fondo, para reconocer cuáles historiales son reales y cuáles son construidos a propósito. Pues a veces, a mucha gente no le dan la pensión porque su historia está totalmente destruida y la persona no la puede reconstruir”.
En el caso de las cédulas y datos modificados explicó el experto, hay abuso de confianza. “Seguramente hay información suficiente como para saber qué personas finalmente nunca se iban a pensionar y tal vez esas fueron las cédulas que cogieron”.
“Es que deben haber personas allá adentro que conocen muy bien ese tipo de información, que saben quién sí y quién no se va a pensionar”, dijo Bonilla.
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