Como un milagro de Dios cataloga Javier que su hijo esté aún con vida luego de caer de un noveno piso mientras realizaba labores de mantenimiento.
Carlos Alberto Perilla estuvo al borde de la muerte, pero algo, no sabe qué, lo detuvo. Por fortuna está con vida, aunque lo que ha tenido que pasar desde que sufrió el accidente no ha sido fácil.
Todo este drama empezó cuando Carlos, en su afán de conseguir empleo y viendo la imperiosa necesidad de trabajar para ayudar en su casa, aceptó la propuesta de trabajar limpiando vidrios en un conjunto residencial de Ciudad Salitre.
Emocionado por su nuevo día de trabajo, Perilla salió a cumplir con su obligación el pasado 13 de marzo. Pero hacia las 2:30 de la tarde, mientras limpiaba la fachada de un apartamento ubicado en un noveno piso, sintió que “se me movió el mundo”.
La soga que lo sujetaba se soltó arrojándolo al vacío.
De inmediato fue trasladado a la Clínica Méderi, donde los médicos hicieron de todo para salvarlo de una consecuencia fatal luego de aquella caída que por poco le cuesta la vida.
MÚLTIPLES FRACTURAS
Según Javier Perilla, el padre del joven, a su hijo le tuvieron que reconstruir el fémur, parte de las piernas, las manos y el antebrazo.
“Tiene dos vértebras aplastadas, se fracturó parte del esternón, tiene 19 clavos, muchas platinas y en la pierna posee una varilla, afortunadamente las cirugías fueron todo un éxito, esos médicos son unos maestros”, relató su padre.
“Ha sido la peor experiencia de mi vida, y las condiciones en las que me encuentro hoy no son las mejores”, afirmó, por su parte, Carlos Alberto.
QUE PAGUEN
Javier e Inés, papás de Carlos Alberto, exigen que la persona que contrató a su hijo les responda por los daños y perjuicios ocasionados.
Dicen que no le suministró los implementos seguros para que pudiera desarrollar sus labores y, además, no lo afilió a una EPS.
Aunque Carlos ya fue dado de alta, la deuda que tienen con la clínica asciende a 30 millones de pesos y no tienen cómo pagar ese dinero.
Adicionalmente no cuentan con los recursos para las terapias y medicamentos que necesita para aliviarse. A pesar de lo difícil de la situación, Carlos y su familia viven agradecidos con la vida, pues está vivo de milagro.
NECESITAN AYUDA
A los 18 años Carlos Alberto se graduó de bachillerato, llevaba un año trabajando en diferentes partes en mantenimiento y con lo que ganaba contribuía con los gastos de su hogar. No tenía que depender de sus padres, pero ahora, debido al accidente, no puede trabajar y sumadre tampoco, porque diariamente debe quedarse en casa cuidándolo. Si los quiere ayudar, favor llamar al 3115762334.
Colombia
Joven se salvó de morir tras caer de noveno piso
NOTICIAS RECOMENDADAS
Comentarios ()