Colombia


La captura de ‘Fritanga’ está quemando a varios funcionarios

COLPRENSA

07 de julio de 2012 12:01 AM

La ‘muerte’ a Camilo Torres le llegó cerca del medio día del 02 de diciembre de 2010 en Bogotá. Así lo acredita el registro de defunción expedido por la Notaría 17 de esta ciudad, numerado 04125361, a las once de la mañana de ese mismo día.
Camilo Torres Martínez’ reza en el campo para el nombre del occiso y es acompañado de la cédula de ciudadanía 71.984.381; y al lado, en tipo de muerte: “No fetal”, probable manera de muerte: “Natural”, agrega el certificado de defunción de antecedentes para el Registro Civil número 80257459-2, suministrado por el DANE para este tipo de diligencias. El informe no hace ninguna cita que, por lo menos, tenga alguna duda sobre por qué sucede una muerte no explicada en una persona de apenas 37 años de edad.
Hace cuatro años, dos antes del ‘deceso’, el nombre de Camilo Torres sólo remitía al pró-cer de la independencia o al sacerdote muerto por la violencia de los años 60 del siglo pasado. De repente empezó a aparecer en medios en relación con el exdirector seccional de fiscalías de Medellín Guillermo León Valencia Cossio, condenado por la Corte Suprema de Justicia a 15 años de prisión, por nexos con grupos paramilitares.
A la par de este nombre, ya más familiar por esos días, aparecía el del empresario Juan Felipe Sierra (huyendo), y el de los paramilitares Daniel Rendón Herrera, alias ‘Don Mario’ (extraditado), y el de quien sería su lugarteniente, John Fredy Manco, alias ‘El Indio’ (huyendo). La identidad de Torres o ‘Fritanga’, como era conocido el presunto muerto, seguía en esa lista.
Este remoquete causó revuelo nacional esta semana cuando apareció muy vivo, nada menos que casándose, en un paradisiaco punto del Golfo de Morrosquillo, en la Costa Caribe colombiana, y festejando su boda con una sucesión de siete días de fiesta, en medio de la cual fue capturado por la Policía, con fines de extradición.
La irregular muerte tiene hoy bajo la lupa de las autoridades a más de un funcionario y más de una entidad; empezando por la Superintendencia de Notariado y Registro, en donde Miriam Suárez Suárez, quien en calidad de notaria encargada ese 02 de diciembre, dio fe del “deceso” de Torres, respaldado por el médico cirujano de la Universidad de Antioquia Augusto de Jesús Gallego Tobón (C.C. 70.054.611), quien avaló con firma y huella.
Otro de los investigados es el notario titular de la 17 (desde enero de 2012), Eduardo González, quien se ausentó del despacho ese preciso día, aduciendo que acababa de cumplir años, por lo que se tomó un permiso.
Una de las piezas claves dentro de este rompecabezas, que es precisamente la primera que analiza la Fiscalía, tiene que ver con la Funeraria La Virgen del Valle, la cual le puso punto final a la existencia de Camilo Torres, hoy recluido en los calabozos de la dirección general de la Policía, en Bogotá.
“Ahí hay problemas”, señalaron altas fuentes de la Supernotariado al ser consultadas por Colprensa acerca de cómo iba la investigación. La razón es simple. A pesar de que el certificado de defunción fue expedido a finales de 2010; los certificados de Cámara y Comercio dan cuenta de que esa funeraria no existía para entonces, pues su matrícula no había sido re-novada desde 2005.
Este es la punta del iceberg que ya empiezan a develar las autoridades, cuyas pistas los han llevado a hacerse preguntas acerca de cuál es la razón para que la funeraria, ubicada en el norte de la ciudad (Calle 156 con Carrera 12), y a pocas cuadras de la que para entonces era la residencia del médico Gallego (Carrera 21 con Calle 148), haya emitido con su sello un aval para una muerte que no existió.
Más extraño aún, es porqué si los hechos se dieron en el extremo norte de la ciudad, la notaria a la que se acudió para certificarlos fue una en el sur de la capital (Carrera 10 con Calle 16 sur).
Y más allá: ¿de quién es el cuerpo que pudo haber sido enterrado, en el Cementerio del Sur?, ¿qué fue lo que pasó en ese caso? y ¿quién es Jorge Eliécer Heredia, quien denunció ante la Notaría 17 la muerte de Torres?

Voces de los implicados
“Uno ve con preocupación el tema y por ello la necesidad de hacer todo lo posible en el menor tiempo posible”, dice el notario González y añade que “la notaría cumplió con el re-gistro de defunción con base en el certificado (dado) por el médico”.
“Para que a un médico le entreguen la papelería oficial para acreditar la muerte, debe es-tar debidamente registrado”, explica el Notario 17, haciendo referencia a las exigencias de la Secretaría de Salud del Distrito, entidad que, en efecto, entregó ese formato a Gallero y que lo reconoce como médico registrado.
“Lo único que hacemos es casi una transcripción de lo que el médico suministró, por lo que el mayor error sería que no contáramos con los soportes necesarios, o que no estuviera la firma del médico, lo cual está presente en este caso, inclusive se anexa la firma del médico”, agrega, mientras invoca el Decreto 1260 de 1970, al cual se ciñen para estos trámites.
Colprensa buscó a Gallego en la dirección que aparece en los registros de la Secretaría como su residencia para la época de los hechos, lo mismo que llamándolo al número telefó-nico suministrado en la mima entidad distrital, sin éxito.
En ese sector de Bogotá, barrio Las Margaritas, los vecinos reconocen perfectamente el nombre de Jesús Gallego Tobón, tanto que una vecina al preguntársele por él, respondió de inmediato: “!Ahí, buscan al médico! Sin embargo, dicen que hace meses no lo han visto y que sólo algunos de ellos han recibido llamadas en las que pregunta por eventuales visitas o recados en su casa.
Al parecer hoy el médico Gallego prefiere permanecer con nombre, pero sin rostro, por-que su “descache” profesional le está pasando factura y podría tener efectos penales.
Según la Secretaria de Salud, cualquier persona que esté certificada como médico, sea es-pecialista o general, puede avalar la muerte de alguien. En las actas de defunción del país las causas de deceso no parecen ser prioridad, ya que el espacio para especificar el tipo de muerte se reduce a las simples casillas de: natural, en estudio o violenta.

La supernotariado

Por lo escandalosa que ha sido esta “novela” las autoridades no quieren dejar ningún cabo suelto. Por eso el pasado 4 de julio, Alejandro Barrero, delegado de la Superintendencia de Notariado y Registro realizó una visita especial a la Notaría 17, con el fin de verificar la exis-tencia y expedición del registro de defunción de Torres.
Durante la visita el delegado logró verificar que en la notaría se encuentran todos los so-portes requeridos usualmente para este tipo de procedimientos: certificado de defunción; documento del Ministerio de Protección - DANE con número 80257459-2, en el que aparecen todos los datos generales y la firma del médico; igualmente, fotocopia de la cédula de ciudadanía del denunciante, Jorge Eliécer Heredia.
La señora Miriam Suárez, quien suscribió el registro, estuvo presente durante la inspec-ción del delgado notarial.
Al respecto, Suárez solo dijo: “Yo estaba como notaria encargada” y manifestó no recordar aspectos puntuales, por cuanto señala, que “es una trámite más de los que se dan cada día en la notaría. Los registros civiles (defunción) no los elabora el notario, sino los funcionarios que están encargados de esa tarea”.
“Ahorita que vinieron a mirar los documentos fue que me di de cuenta, pero antes no me percaté de lo sucedido, pues lo que hicimos fue cumplir con los requisitos y que se cumpliera con las formalidades”. Agregó: “Esta fue una muerte natural por lo que no requería de la in-tervención de la Fiscalía o documentos anexos”.
Suárez, lo mismo que González, afirman estar tranquilos frente a su actuar en este caso: “Dimos fe de lo que un ciudadano vino a hacer saber. El trámite fue normal, no me puedo negar a prestar un servicio si está por dentro de los tramites legales”.
Además, negaron la versión de que funcionarios de la Notaría 17 estuvieron involucrados en otro escándalo, por la toma de posesión de varios alcaldes en la cárcel La Picota de Bogotá, a principios de año. Miriam Suárez negó haber hecho parte de ese episodio: “Quedó probado que la Notaría y yo, como notaria encargada, jamás me desplace a posesionar a nadie”.

Quién es alias Fritanga
Hace 37 años en Unguía (Chocó), nació Camilo Torres, un narcotraficante y ex parami-litar que en el 2008 salió de la clandestinidad. Esta semana su singular alias, ‘Fritanga’, fue el centro de los medios de comunicación y de la opinión pública. Su captura y su engañosa muerte dejaron al descubierto la astucia de los delincuentes.
El amplio expediente criminal de ‘Fritanga’ inicia desde que hizo parte de las autodefen-sas junto con su primo, Jhon Fredy Manco, alias ‘El Indio’, y del polémico empresario Felipe Sierra. (Lea más del Fritanga)
Posteriormente se vinculó en la banda los ‘Urabeños’, de Daniel Rendón Herrera, alias ‘Don Mario’, actualmente recluido en una cárcel de los Estados Unidos por narcotráfico.
En el 2008 el nombre de Camilo Torres fue escuchado en la Corte Suprema de Justicia, durante el juicio que se adelantaba contra del ex director de fiscalías de Medellín, Guillermo León Valencia, hermano del exministro del Interior Fabio Valencia Cossio, por beneficiar a varios integrantes de ‘Los Urabeños’, para que lograran evadir a la justicia colombiana.
Por la investigación en contra de Valencia Cossio, ‘Fritanga’, ‘El Indio’ y el empresario Felipe Sierra fueron capturados, pero tres años después los narcotraficantes interpusieron un Habeas Corpus y el juez quinto de Bogotá, Luis Eduardo Beltrán, les concedió la libertad, al considerar que durante las capturas la autoridad incurrió en violación de sus derechos. Por esos hechos el Tribunal Superior de Bogotá condenó al juez a 120 meses de prisión.
En el año 2009 alias ‘Fritanga’ fue solicitado por los Estados Unidos, por el delito de nar-cotráfico, mientras que en Colombia es procesado por el delito de concierto para delinquir y narcotráfico.
En el año 2010 el narcotraficante fue incluido en la Lista Clinton junto con ‘El Indio’.
A Camilo Torres la DEA le venía siguiendo el rastro desde el año 2009, por introducir decenas de toneladas de cocaína a Estados Unidos y Europa y por eso está hoy pedido en ex-tradición.

Se ha producido un error al procesar la plantilla.
Invocation of method 'get' in  class [Ljava.lang.String; threw exception java.lang.ArrayIndexOutOfBoundsException at VM_global_iter.vm[line 2204, column 56]
1##----TEMPLATE-EU-01-V-LDJSON----
 
2   
 
3#printArticleJsonLd()
 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS