Un congreso pertinente, una visita oportuna para hablar sobre un tema siempre apropiado. El Congreso Internacional de Salud Pública de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Antioquia trajo esta semana a la ciudad a Mirta Roses, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Los expertos invitados hablaron sobre políticas públicas y sistemas de salud, temas coyunturales para el momento que vive el país por cuenta de los escándalos de corrupción que han sacudido las bases mismas del sistema. Roses habló con El Colombiano sobre la crisis, reconoció la “insatisfacción” de los colombianos frente al sistema de salud y rompió el mito según el cual solo es posible un sistema exitoso en manos de los privados.
Usted menciona un “cambio de distribución del poder” para la negociación de un sistema de salud, ¿qué significa eso?
“Yo hablaba de que la política es un cambio en la distribución de poder, no que se necesita. Hacer una política de salud siempre implica un cambio en la distribución de poder porque hay beneficiados y perjudicados. Genera un mecanismo de gobernanza, da participación a un sector que no lo tenía antes, decide reordenar los recursos financieros”.
¿Está el sistema de salud colombiano maduro para un replanteamiento?
“Yo creo que sí porque, de hecho, Colombia ha continuado promulgando legislación que se han sumado a la Ley 100. El hecho de que se haya incorporado la necesidad de hacer una adaptación para la estrategia de inclusión primaria, de que se haya identificado la necesidad de fortalecer la capacidad reguladora del Estado, el hecho mismo de que se identifique el cambio de estructura del Ministerio de Protección para liberar parte de sus responsabilidades y concentrarlas más en el aspecto de salud, son elementos importantes que muestran como indicadores de que se va caminando hacia una evolución del sistema nacional de salud”.
¿Ha aconsejado la OPS al gobierno colombiano con motivo de la reciente crisis?
“Lo que he conversado con el Congreso, el Ministro y otros actores, es que hay una insatisfacción de la sociedad colombiana con la capacidad de resolución de su sistema de salud. Hay insatisfacción pero siempre es la insatisfacción social la que precede al cambio que rompe el status quo. Desde el punto de vista investigativo, más técnico, es indudable que un avance importantísimo de Colombia ha sido la asignación de mayores recursos para la salud. Ahora Colombia se ubica entre los primeros seis países, que están por encima de la media regional. Eso es muy importante, pero por otro lado tiene muy bajos resultados. Siento que se ha hecho un esfuerzo tan importante en el aspecto financiero pero los resultados que obtiene no son los esperados”.
¿Qué es lo que pasa?
Hay una ineficiencia y eso abre la oportunidad para discutir cuáles son las falencias que el sistema tiene. ¿Están en la gestión?, ¿en el modelo de atención?, ¿en el hecho de que se debilitó el rol rector y de autoridad sanitaria del propio Estado?
No debemos menospreciar las influencias externas de la globalización. Colombia es un país que aspira a entrar en las ligas mayores. Esos niveles de países más desarrollados tienen estándares de eficiencia de las sociedades que se aplican y que no es solamente el PIB. Una de esas condiciones para los estados es su rendimiento en salud. Colombia va a tener esa presión externa para ser evaluada, para que se le exija mayor equidad, mayores niveles de salud. No solamente mayor inversión en salud, sino mejores resultados”.
Acaso el modelo de cobertura colombiano no ha sido reconocido a nivel internacional...
“Lo que se le reconoce a Colombia es el éxito de haber logrado la cobertura en aseguramiento, no la cobertura del servicio. Ese es uno de los elementos necesarios para que la salud mejore, pero también hay que tener acceso universal”.
Los usuarios culpan principalmente a las EPS pero se ha acuñado la idea de que el asegurador público es un retroceso. ¿Es posible un modelo de aseguramiento público y exitoso?
“Sí, claro. En realidad los tres países que nosotros tenemos como históricos, que ni siquiera han hecho reformas de acceso universal, tienen un aseguramiento público. Costa Rica, Cuba y Canadá nunca han hecho reformas porque es la estructura del Estado. Distintos modelos económicos, políticos... La forma no importa, importa el resultado final. Lo que nosotros observamos en Colombia es que en estos fenómenos que salen a la luz pública hubo una falla en los mecanismos de control”.
¿Qué opinión le merece el hecho de que en Colombia la salud se haya “judicializado”?
“Esto no necesariamente soluciona los problemas estructurales o funcionales. Solo resuelve el caso del individuo porque el sistema judicial no corrige las fallas del sistema. Por lo tanto, se vuelve un círculo vicioso porque no logra ejercer una prevención sobre la reiteración de casos similares. Entonces se puede ser injusto porque solo se protege al que acude y no necesariamente va a la raíz del sistema que produce la situación”.
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