Más de 5.100 condenados tienen permisos de 72 horas

Con el escándalo que desató en Colombia con los permisos de salida de la cárcel del exsenador Juan Carlos Martínez, quien al parecer los habría estado usando para hacer proselitismo político en la región del Valle del Cauca, se han hecho varios cuestionamientos alrededror del tema.
Mientras la Procuraduría y el Consejo Superior de la Judicatura anunciaron investigaciones contra los jueces y guardias que han autorizado los permisos, también se cuestiona que haya una ley que permita a un preso condenado salir de la cárcel sin vigilancia alguna.
De hecho, es el la Ley 65 de 1993, conocidia como el Código Penitenciario y Carcelario, que en su artículo 147 autoriza a los condenados que estén en prisión de mediana seguridad, a salir por 72 oras cada tres meses. Los requisitos son haber tenido buen comportamiento y no tener requerimientos de alguna autoridad judicial, no haber tenido intentos de fuga y haber cumplido el setenta por ciento de la condena.
Según un informe del INPEC, de los 99.154 presos condenados que existen en colombia, 5.179 son beneficiadas con este tipo de permisos. Es decir que aproximadamente el 5% de los condenados pueden salir sin vigilancia cada tres meses y durar hasta tres días por fuera.
De los 144 establecimientos carcelarios que hay en el país, los  que mayor número de permisos otorgan son el de Ibagué con 303 internos autorizados, el de Neiva con 283, la cárcel de Calarcá con 258, y La Picota con 184 internos con permiso.
Entre las cifras más preocupantes que reporta el informe está la de los delitos cometidos por los internos que gozan de estos permisos. De esta forma se ve que 3.010 presos están condenados por homicidio, 1.552 por fabricación y porte de armas de fuego, 1.251 por hurto simple o agravado, 997 por fabricación o porte de sustancias estupefacientes y 192 por acceso carnal violento.
También se informa que, de estos 5.179 reclusos, sólo 383 son mujeres. Entre ellas, sólo 9 son madres gestantes, que están en periodo de embarazo y las lactantes, que viven en los establecimientos de reclusión con sus hijos.