El mayor César Torrijos Devia capturado en la noche del miércoles en la carretera Panamericana, a la altura del municipio de Venadillo, Tolima, con 103 kilos de cocaína, había dejado de ser, desde el pasado 5 de enero, comandante de la Sijin en el Caquetá.
El oficial se encontraba en unas vacaciones de 60 días, al término de las cuales debía presentarse en Bogotá ante las oficinas de talento humano de la Policía para ser trasladado a otro cargo. Actualmente, en esa Seccional está al mando el teniente Wilson Torres.
Como encargado de la Sijin Torrijos estaba al frente de las investigaciones a nivel regional que incumben a la Dirección de Investigación Criminal e Interpol, Dijin, entre las que se incluyen los grandes operativos contra el narcotráfico.
Precisamente, el director de la Policía Nacional, general Óscar Naranjo, llamó la atención sobre este punto y mostró su preocupación por el aumento del narcotráfico en el departamento de Caquetá.
"He llamado la atención para que hagamos una revisión de lo que está pasando en el departamento, porque me parece inexplicable que una persona que estaba al mando de las estructuras investigativas haya resultado implicado en esas conductas", señaló.
El general Naranjo consideró que este oficial “nunca debió ser policía” y pidió un castigo severo y ejemplar contra el mayor quien fue capturado junto con la ciudadana Blanca Lilia Osorio Castro, de 54 años de edad, durante un procedimiento de rutina que hacía el personal adscrito a la Policía de Vigilancia de la Estación de Venadillo, Tolima, cuando se desplazaba en un automóvil de placas RBO 902.
En el interior del carro fueron encontrados 112 paquetes con base de coca, cuyo peso equivale a 103 kilogramos de esa sustancia.
‘QUE NO HAYA COSECHAS PERDIDAS’
Entre tanto, el alto consejero presidencial para la Convivencia y la Seguridad Ciudadana, Francisco Lloreda, dijo a Colprensa que lo importante es que en la Institución no haya “cosechas podridas”.
“Las manzanas podridas son casi inevitables. Lo importante es que no existan cosechas podridas y yo no tengo duda del compromiso general al interior de la Policía de ser exigente con sus propios miembros y de no tolerar la corrupción”, indicó.
Lloreda pidió que la justicia entre de inmediato a determinar las responsabilidades individuales sin desconocer que este tipo de situaciones lastiman a la Policía “pero la Institución está por encima de sus integrantes”.
En el momento la Policía investiga de quién era el cargamento de droga que transportaba el uniformado y avanza en una indagación disciplinaria interna contra el mayor Torrijos.
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