Murió niña que consumió píldoras para teñir el pelo

Una niña de dos años y medio murió luego de tomarse varias pastillas con las que la mamá se iba a teñir el cabello. El hecho ocurrió en la vereda Miraflores, del municipio de Toledo, norte de Antioquia, y la pequeña dejó de existir en el hospital de San José de la Montaña, porque se agravó cuando era llevada en una ambulancia de Toledo hacia Yarumal, donde le iban a prestar atención en un centro asistencial de mayor nivel.
Allegados a la víctima indicaron que la madre, una joven de 20 años, había sacado unas píldoras para tinturarse el caballo y las dejó fuera del baño mientras tomaba una ducha. En ese momento la pequeña las tomó y se las tragó. Primero se le entumeció la lengua y posteriormente empezó a vomitar, por lo que los padres decidieron llevarla al hospital de Toledo que está distante 40 minutos en caballo.
Al ver el estado crítico en que se encontraba la niña y que no tenían los recursos para salvarle la vida, los médicos opataron por enviarla al cuidado de un enfermero profesional al hospital de Yarumal. La pequeña se complicó en el camino por lo que el personal que la atendía en el vehículo de emergencia optó por entrar al de San José de la Montaña, pero allí nada pudieron hacer, porque la pequeña ya había muerto.
Este jueves será sepultada a las 4:00 p.m. en el cementerio de Toledo. El padre de la niña es un joven de 23 años, quien trabaja en las obras de Hidroituango. En San José de la Montaña hace un mes y ocho días murió otra niña de las misma edad quien se tragó una moneda de 200 pesos.
El médico toxícólgo clínico Fabio Alzate llamó la atención de las madres de familia que utilizan estas píldoras para teñirse el cabello para que no las dejen al alcance de los niños, ya que algunas tienen colores que les llaman la atención. Agregó que cuando las preparan y reenvasan deben de tener mucho cuidado de no dejarlas en vasos ni pocillos, ya que se pueden confundir con bebidas como el chocolate e intoxicar, incluso, a personas adultas.
Indicó que la mayoría son compuestos de varios químicos, entre ellos alcohol metícilo, acetona y úrea, por lo que nunca deben de estar al aclance de los niños y tampoco son recomendables en mujeres embarazadas, ya que aún no se conocen los efectos que les pueden causar al bebé.