Según la decisión del Ministerio Público, Byron Carvajal, en su condición de comandante del Batallón de Alta Montaña #3 “Rodrigo Lloreda Caicedo”, expidió la misión táctica “Ballesta III” para atender un supuesto secuestro que se iba a llevar a cabo en la zona por presuntos integrantes de las Farc o el ELN en el sector de Potrerito, Jamundí, Valle del Cauca.
Los militares adelantaron una operación táctica que concluyó con el asesinato de los 10 policías que se encontraban en el área y un civil quien, al parecer, estaba guiando al grupo de policías detrás de la ubicación de una caleta en la que posiblemente había 100 kilos de un alcaloide. Según la Procuraduría, quedó comprobado que “los militares habían tomado el campo en donde se desarrollaron los acontecimientos, copando el flanco derecho e izquierdo y la parte central del terreno, acorralando así a los Policías”.
La Procuraduría confirmó que Carvajal “coordinó todo lo necesario llamando reiteradamente al Teniente Castro Aponte, al sargento Mahecha Hernández y a otros componentes claves de la tropa después de lo sucedido, para impartirle órdenes y evitar la intervención de la autoridad en pos de desviar la atención de esta simulando un escenario de fuego enemigo y tratando de desnaturalizar su responsabilidad argumentando un yerro por parte de los Policías al no coordinar con el Ejército su operativo”.
Frente a los uniformados que dispararon sus armas de dotación, el Ministerio Público concluyó que no resulta aceptable manifestar que estaban cumpliendo una orden legítima “cuando, jamás, después de advertir que su supuesto enemigo era la Policía, decidieron dejar de disparar”. Por el mismo hecho el juez Cuarto Penal del Circuito, Octavio López, había condenado en febrero de 2008 a 52 años de prisión al coronel Byron Carvajal y otros 13 militares.
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