Seguridad y traslado, condiciones para ‘descifrar’ crimen de Jaime Garzón

José Gregorio Díaz, uno de los testigos principal y clave del homicidio perpetrado contra el humorista y periodista Jaime Hernando Garzón Forero el 13 de agosto de 1999, se negó a rendir versión ante una fiscal delegada de Valledupar, aduciendo faltas de garantías en su seguridad.
El testigo, que de 1995 hasta 1998 hizo parte de la escolta del excomandante paramilitar Carlos Castaño Gil, quien fue condenado por el crimen, pidió además su inmediato traslado a la Cárcel La Picota, de Bogotá.
Según José Gregorio Díaz, existen instituciones del Estado “como el Inpec” que se prestan para su desconfianza, por lo cual advirtió que sin la satisfacción en sus peticiones de seguridad no dará curso a sus declaraciones sobre el crimen de Garzón y de otra veintena de la cual es sujeto procesal.
El también exparamilitar dice que al interior de la Penitenciaría de Máxima Seguridad de Valledupar, donde se encuentra recluido desde hace cuatro años, “se está viviendo una flagrante violación a los derechos humanos”, señalando que “no me permiten hablar, siempre me quieren en silencio, me quieren callar”.
Sobre el homicidio contra Jaime Garzón, el exescolta de Castaño, de 33 años de edad, asegura que “el Estado está involucrado, a través de los militares”, aseverando que para el homicidio del periodista y humorista “el mismo Estado se prestó para hacerlo con las auto-defensas”.