Uribe: un líder que no decae

El segundo mandato del presidente Álvaro Uribe Vélez entra en la recta final. A un año de cumplir este periodo y tras siete años en el poder, la opinión favorable de los colombianos se mantiene en el 68 por ciento. Según Gallup Colombia, los picos de aceptación de opinión para Uribe, oscilaron, entre 2002 y 2009, del 65 al 85 por ciento, teniendo como punto más alto la medición realizada tres días después de la Operación Jaque, (julio de 2008), que permitió la liberación de 15 secuestrados. Para analizar de manera comparativa el comportamiento, desde el punto de vista de imagen favorable, es bueno remontarse, según Gallup, a los gobiernos antecesores. El de Ernesto Samper Pizano (1994-1998), comenzó con una imagen positiva del 66 por ciento, pero en un año y dos meses (a septiembre de 1995) cayó de manera radical 30 puntos. Este descenso se debió en gran medida al escándalo de los %¬narcocasetes%¬ que desencadenó el proceso 8.000. Bajo el mandato de Andrés Pastrana Arango (1998-2002), el punto más elevado se dio dos meses después de iniciar su labor, en octubre del 98, cuando llegó a 42 puntos. Sin embargo, durante los últimos 10 meses al frente de la Presidencia, Pastrana alcanzó una imagen desfavorable de entre 64 y 74 puntos. Uno de los aspectos más significativos, sin duda, fue el frustrado proceso de paz con las Farc y la Zona de Distensión, espacio y tiempo donde la guerrilla se fortaleció. PRIMER MANDATO Uribe recibió el país, el 7 de agosto de 2002, con una guerrilla más beligerante y un marcado avance paramilitar, en lo referente a orden público. También con un Ejército profesionalizado, pero carente de confianza y operatividad. En ese momento, según Jorge Londoño, gerente de Gallup, las Fuerzas Militares necesitaban un líder que respaldara el fortalecimiento militar y que se hiciera cargo de una sociedad huérfana de carácter, de autoridad y fuerza para enfrentar esa rabia y ese miedo que generaban las Farc. Para finales del mandato de Pastrana, fueron tan seguidos y fuertes los golpes insurgentes que el 33 por ciento de los colombianos creía posible que la guerrilla podía tomarse el poder. Eso contrastaba con el hecho de que las Farc tenía y tiene una imagen desfavorable del 90 por ciento. Y así llegó el primer cuatrenio Uribe, con un optimismo moderado reflejado en un 50 por ciento y un pesimismo del 30 por ciento. El cambio fue automático porque en el anterior gobierno, el pesimismo rondaba el 80 por ciento. Así lo reconoce el analista político Jorge Giraldo, para quien uno de los aciertos más importantes es la política de Seguridad Democrática, en lo que se refiere a los grupos armados ilegales y el aislamiento en Europa y Estados Unidos, que se logró para con ellos. En materia económica, la desaprobación del manejo económico, que estaba en 77 por ciento para julio de 2002 se redujo a 27 por ciento tras la llegada de Uribe y la aprobación, que estaba en el 18 por ciento, se trepó al 57 por ciento. EL SEGUNDO PERIODO Los índices de opinión favorable, durante el primer periodo de gobierno no bajaron del 65 por ciento y con el aval de la ciudadanía por su gestión y con la reelección aprobada, arrancó su segunda etapa en la Casa de Nariño, en agosto de 2006, con un 75 por ciento. Los golpes a las Farc de su segundo periodo, en especial la Operación Jaque, elevó y puso en lo más alto la opinión de varios indicadores de su gobierno como su desempeño (86 por ciento), el optimismo (73 por ciento), la lucha contra el narcotráfico (81 por ciento) y la mayor opinión favorable de las Fuerzas Militares (90 por ciento). En este mismo periodo consolidó la desmovilización de las autodefensas y se fortaleció la opinión sobre las instituciones. Aunque hay quienes, como Giraldo, expresan que en materia social hay avances en cobertura educativa, "también hay lunares en lo que tiene que ver con la salud porque se debería revisar el modelo por los defectos de la Ley 100". Pero además, en el cierre del segundo mandato, Uribe tendrá que enfilar baterías en el manejo de las relaciones internacionales, dados los intempestivos ataques de los gobiernos de Ecuador y Venezuela, que tienen como denominador común un detonante: las Farc. No en vano, el Presidente ya inició esa misión con la gira que acaba de culminar. Por su cabeza también tendrá que pasar el manejo de la economía, que en tiempos de crisis mundial, le da una calificación del 43 por ciento, el más bajo de sus siete años como Presidente. Con este panorama, y teniendo en cuenta que los últimos años de los gobiernos, en general, la capacidad de manejo político es menor que en otros años, Álvaro Uribe Vélez, afronta lo que podría ser su último año en el Solio de Bolívar o el empalme para otros cuatro más en la Presidencia de la República, si se llega a aprobar el referendo reeleccionista.