“Familias de Amagá no estarán desprotegidas”: Álvaro Uribe

El presidente Álvaro Uribe, expresó ayer su “tristeza e impotencia” al visitar la mina de carbón de San Fernando, en el municipio de Amagá, en Antioquia, donde socorristas buscan rescatar a más de 71 trabajadores que se presume murieron el miércoles pasado tras una explosión. “Les tengo que confesar que uno se siente muy impotente y le da una especie de cobardía en este dolor. Venir a saludarlos a ustedes en esta hora de dolor, uno siente mucha cobardía, mucha impotencia. Pero haremos todos los esfuerzos para que ustedes no se sientan desprotegidos. Creemos que eso es lo fundamental”, enfatizó el mandatario, que también recibió de las autoridades regionales un informe sobre la seguridad in-dustrial en la mina y las primeras investigaciones del percance. En expresión de pésame con los parientes de las 19 víctimas que dejó este accidente, el jefe de Estado dijo que “la verdad es que esta comuni-dad, uno se siente muy triste. Ocho años de Gobierno, yo vine por aquí cerquita y por Amagá solamente de paso para ir a Titiribí, que a Fredonia. Una comunidad bien querida como ésta, y venir en esta hora de dolor”. En esta reunión con las familias de las víctimas, hicieron presencia el Gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos Botero; la Alcaldesa de Amagá, Auxilio del Socorro Zapata, y el Gerente de Carbones San Fernando, Juan Ricardo Montalvo. Ramos confirmó que desde ayer la comisión que investigará el accidente empezó su labor. EN LA BÚSQUEDA Las labores para encontrar al más de medio centenar de mineros que se presume murieron tras en la mina de San Fernando, proseguían lentamente en medio del desespero de los allegados a los trabajadores. La situación en la mina “sigue igual. Se avanza muy lentamente en el rescate de las víctimas por el peligro que representa la concentración de gases”, dijo Javier Araque, secretario de Salud de Amagá, cuyo casco urbano está distante 3 km de la mina donde ocurrió la tragedia. Un total de 18 cuerpos habían sido recuperados de los profundos socavones hasta el viernes, informó por su parte John Fredy Rendón, director del Departamento Administrativo del Sistema de Prevención, Atención y Recuperación de Desastres (Dapard). Al momento de la explosión, que se presentó en el nivel intermedio de la mina, de 1.400 m, se encontraban al menos 71 personas, indicó Auxilio del Socorro Zapata, alcaldesa de Amagá, de donde eran oriundos casi todos los mineros. Otros dos cadáveres fueron sepultados ayer, después de que la víspera fueran enterrados nueve, en una conmovedora y concurrida ceremonia religiosa. Los otros dos cuerpos eran sometidos al proceso de identificación, dado que al igual que los anteriores quedaron calcinados. Luego serán en-tregados a sus familiares, en un proceso que se repetirá durante los próximos días según avancen las operaciones de rescate, previó Araque. UN MILAGRO Wálter Restrepo, de 31 años, hasta ahora el único minero rescatado vivo con quemaduras en el 30% del cuerpo, dijo a la prensa local que se salvó porque al momento de la explosión esta-ba llegando a la salida de la mina. “De la boca del socavón salió una candela como si fuera un dragón o un soplete gigante”, describió desde el hospital de Medellín. Los rescatistas y las autoridades que se encuentran al frente de la operación coinciden en advertir que sería un milagro que haya más sobrevivientes.