115 adultos mayores se refugian en el Hogar Geriátrico San Pedro Claver. Esos abuelitos que no tienen a donde ir, que sus familias no pueden atenderlos, que estaban divagando por las calles, saben que en este y en los otros hogares geriátricos de Cartagena encuentran la atención integral que no les brindan sus hijos y demás parientes.
En estos lugares puede que no reciban el amor que hay en un hogar estructurado, pero reciben el afecto de personas que dedican su vida al cuidado de los demás y que los llegan a querer mucho más de lo que lo harían sus propios parientes, esos mismos que renunciaron a tenerlos en sus casas.
Los hogares geriátricos son centros de descanso en donde los adultos mayores encuentran cama, comida, atención médica y psicológica, y espacios de esparcimiento. A pesar de que la atención brindada puede satisfacer las necesidades básicas, no deberían ser el lugar donde estas personas vivan sus últimos días.
“No deberían existir hogares si hay familias comprometidas y con ese amor y unión que debe haber, pero sabemos lo resquebrajada y frágiles que vienen las familias desde los tiempos más lejanos, por lo que su existencia es indispensable en estos tiempos”, sostuvo Edna Ramos, directora administrativa del Hogar Geriátrico San Pedro Claver.
Ramos, con más de 15 años al frente de este hogar, conoce mejor que muchos la importancia de brindarle atención integral a estos “abuelitos”, como los llama, que en ocasiones duran más de 30 años compartiendo al lado de otros adultos en los espacios que les brinda el hogar.
El objetivo principal de estas casas es “ser un hogar de estadía donde el adulto mayor que no tiene familia, que está en la calle o que tiene familia, pero por condiciones de pobreza (no pueden convivir con él), por ejemplo digamos que el papá los abandonado toda la vida y ya de viejito apareció, pero en unas condiciones lamentables y no se vale por sí mismo, la familia como no tiene ese afecto, ese cariño por ese adulto, ya no lo recogen en su hogar, entonces el asilo le brinda toda esa atención, independiente de cual fue su vida en su juventud. Nosotros no somos jueces, sino que sencillamente venimos a brindarle todo eso que su familia no les ha podido brindar”, dijo Ramos.
ACCESO Y ATENCIÓN
A hogares como este, que tiene convenio con el Distrito y la Gobernación, pueden tener acceso aquellos adultos mayores “que vienen porque un agente de Policía lo trae o alguien de la comunidad cercana de donde él ha estado habitualmente y ha detectado la situación de abandono lo trae, o muy oficialmente por parte de la Alcaldía (...) También llegan desplazados que son atendidos por convenio con la Gobernación”, sostiene.
La atención al adulto mayor está contemplada como un derecho, por lo que es deber de las autoridades competentes velar porque esas personas tengan acceso a una atención integral.
“El Estado, la sociedad y la familia concurrirán para la protección y la asistencia de las personas de la tercera edad y promoverán su integración a la vida activa y comunitaria. El Estado les garantizará los servicios de la seguridad social integral y el subsidio alimentario en caso de indigencia”, reza el artículo 26 de la Constitución Política de Colombia en el Capítulo II 'De los derechos sociales, económicos y culturales'.
Así mismo, la protección, promoción, restablecimiento y defensa los derechos de los adultos mayores es regulada por la Ley 1251 de 2008, por lo que el Estado debe velar por brindarles una atención integral.
Estos hogares no son cárceles, en los que se le restringe la salida a los abuelitos, las personas que los atienden son las que analizan las condiciones en que se encuentran y determinan si pueden salir o no.
“Hay algunos que son muy normales, que están muy lucidos, a esos sí se les permite salir porque la idea tampoco es que ellos se sientan que llegaron a un lugar donde están presos , sino que tienen un grado de libertad (…) Tenemos abuelos que tienen cuadro de drogadicción o alcoholismo y sabemos que si salen pueden recaer, a esos no los dejamos”.
ATENCIÓN DISTRITAL
A estas casas de descanso llegan adultos que son subsidiados por la Alcaldía o la Gobernación, así como aquellos a los cuales sus familias les pagan la manutención dentro del lugar.
Los costos para los que pagan dependen de las condiciones en las que esté el adulto, si se vale por si solo o si necesita a alguien que esté pendiente de él, así como de la amplitud del cuarto en el que quieran tenerlos.
Este año el Distrito suscribió convenios con 7 hogares geriátricos para que reciban a estos adultos en condición de abandono y los atienda.
“A algunos les pagamos mediante una apropiación de la estampilla Años Dorados y a otros se les da en especie, por las políticas de los mismo hogares. Con los que reciben rubros este año suscribimos convenios por valor de 808 millones 500 mil pesos. Los que no reciben dinero, les damos alimentos a través del programa de alimentación del adulto mayor”, asegura Rocío Castillo, secretaria de Participación y Desarrollo Social.
La Secretaria agregó que “los adultos que no están en condiciones de abandono convergen a los Centros de Vida que tenemos en las tres localidades del Distrito, a esos centros de vida llegan a las 8 de la mañana y se va a las 2- 3 de la tarde, reciben un refrigerio y un almuerzo, allí hay psicólogas, siquiatras, trabajadoras sociales. También tenemos unos grupos organizados que están en el orden de 114, reciben alimentos y les hacemos seguimientos y actividades lúdico-recreativas”.
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