Se hicieron famosas por una foto que circuló en redes sociales la semana pasada, donde van a bordo de una carreta que sostenía un burro en pleno carril de Transcaribe a la altura de María Auxiliadora. Mariela Almeida y María del Carmen Vivanco Almeida, madre e hija son las dos protagonistas de una historia que ha generado distintos puntos de vistas y burlas tanto en la ciudad como en gran parte del territorio nacional, debido a que la fotografía se volvió viral.
Ayer nos pusimos en la tarea de conocer sobre la vida de estas mujeres. Solo teníamos la información de que vivían en Boston. Al llegar al barrio, inmediatamente al primer vecino que se le preguntó por las mujeres dio la coordenadas perfectas de donde viven.
HOGAR HUMILDE
Eran las 12 del medio día y el sol pegaba fuerte, al llegar a la casa nos recibió Mariela y su marido Norberto Vivanco que de manera muy cordial y amable nos abrieron las puertas de su humilde hogar, mientras tanto en los alrededores se escuchaban las risas y las burlas de los curiosos vecinos que se asomaron cuando llegó el equipo periodístico de Q’hubo.
Al entrar a la vivienda, caminamos por un improvisado pasillo en el que solo habían objetos reciclables, botellas de plásticos, unas cuantas sillas plásticas partidas, baldes y un pequeño cambuche donde duerme Norberto. Más adentro se observan dos colchones bastante maltrechos, un televisor viejo pero en buen estado y la cocina llena de toda clase de chócoros donde a esa hora se cocina el almuerzo. Un arroz de fideos sin más nada que el aceite que se le echa para que se cocine.
“Trabajamos en el reciclaje hace más de 18 años, no importa si estamos enfermos o no, salimos todos los días, lo primordial es tener para la comida”, expresa Mariela Almeida, la mujer nacida en Santa Rosa de Lima.
Le preguntamos por María del Carmen, su hija que la acompañaba el día de la famosa foto en el carril de Transcaribe y nos dice que había salido a hacer una vuelta.
De igual manera, nos sorprendimos cuando nos dijo la edad de la muchacha. “Ella tiene 16 años, pero lo que pasa es que esa mujer pasa comiendo, come mucho”, afirmó.
"NO NOS DIMOS CUENTA"
Cuando se le preguntó la razón del por qué se habían metido al carril de Transcaribe, Mariela estalló en risa.
“Eso fue como a las 4 de la tarde del jueves, la niña con nada coge rabia y ella estaba amargada, íbamos a buscarle la comida a los burros en Bazurto pero ni ella ni yo sabíamos que ese era el carril de Transcaribe, no nos dimos cuenta”, expresa la mujer.
Seguidamente afirma que la bulla del bus fue insaciable. “Al conductor le cayó una pitadera, pero nosotros seguíamos, ya qué íbamos a hacer. Más adelante nos paró la autoridad (policías), pero nosotros le pedimos disculpas porque no sabíamos lo que habíamos hecho”, sostiene Mariela.
La mujer madre de 4 hijas, afirma que en ese momento no se preocupó, solo hasta el día siguiente cuando vio la foto en el periódico.
“Mierda, qué vaina, nos asustamos porque todo el mundo en la calle nos mostraba esa foto, después me enteré que eso llegó más allá de Barranquilla”, describe entre risas.
TIENEN TRES BURROS
Minutos después de estar en casa llegó María Del Carmen, la menor que conducía el burro en el carril de Transcaribe. “No tenía ni idea, fue una equivocación”, señaló la joven que se dedica a ayudar a sus padres. Ella, su papá y su mamá no tienen ningún reparo en decir que viven gracias a los burros.
“La que salió en la foto de Transcaribe se llama Marta, es hembra, el hijo se llama Felipe y el otro que tenemos que todavía está mansito es Rafaelito, los cuidamos y los alimentamos porque vivimos gracias a ellos”, expresa María del Carmen, sobando la cabeza a uno de los animales.
Norberto, el hombre de la casa, señala que lo más importante es que tienen para la comida. “Somos felices, para qué vamos a renegar de nuestra situación, nos queremos, mi mujer es incondicional y mi hija también, aquí nos rebuscamos la comida pero sí estamos prestos a recibir cualquier ayuda de la gente de buen corazón”, expresó Norberto.
UN MOTOCARRO
Tanto Mariela como Norberto están a la espera de que en la Alcaldía les den una moto carro que les prometieron desde la administración de Dionisio Vélez.
“A nosotros nos censaron pero esas motos se acabaron rapidito, ojalá y nos puedan ayudar para que nuestro trabajo sea más fácil, también nos inscribimos para tener una casa de las que da el Gobierno pero a nosotros no nos han tenido cuenta”, puntualizó Mariela Almeida.
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