La Alcaldía, al buscar rescatar la historia y el reconocimiento por parte de los cartageneros a los monumentos, repara una de sus emblemáticas estructuras. Ésta tendrá un cambio que desde ya se empieza a apreciar, aun cuando faltan pocos meses para verla terminada.
La tradicional Torre del Reloj, en pleno centro del Corralito de Piedra, tendrá nuevamente el formato de número romanos.
Algunos cartageneros se preguntan por la utilización del número cuatro en la forma de (IIII) y no como se escribe normalmente (IV). Desde la Oficina de Apoyo Logístico y su director Iván Martínez, explican esta particularidad.
“Nos llamó mucho la atención cuando estábamos haciendo los análisis para la reparación, que el número cuatro no es el número que todos conocemos sino un número cuatro con cuatro palitos, yo había visto en relojes en otras partes del mundo que eso ocurría y pensé que era un error y empezamos a investigar y encontramos varios. Como el reloj en sus inicios tenía el número cuatro de esa manera y lo que queremos es volver las cosas a su estado natural, tomamos en el Comité de Patrimonio la decisión de poner el número con las cuatro rayitas”, dijo el funcionario.
HISTORIA DEL IIII
Aunque la historia no es tan clara y precisa, se estima que cuando se construyó la torre no tenía reloj, luego se le puso uno plano con números romanos en 1873, y luego le pusieron la cúpula en 1888. Otra de las diferencias que no se ve hoy es que el reloj tenía una moldura blanca alrededor, pero esta se le volverá a poner.
Respecto a la historia del número (IIII), desde la oficina de patrimonio explicaron que “se habla de una teoría sobre un rey que pintó un reloj a mano alzada y se equivocó y puso el número cuatro así y el relojero le dijo que se había equivocado. El rey le respondió que no, que los reyes no se equivocan y por tradición siguió así. También hay otra teoría, o anécdota, que dice que un relojero se equivocó y el rey lo mandó a decapitar, entonces en oposición a ese acto de crueldad, los demás relojeros decidieron seguir con el número así”, explicó Martínez.
MÁS RESTAURACIONES
Durante 30 años este monumento de la hermosa Cartagena ha estado desgastado, cuidado por dentro por el Concurso Nacional de Belleza en los últimos años. Luego de conocer fotos de archivo, aportadas por la Oficina de Apoyo Logístico, queda claro el deterioro de las paredes, pisos, vigas y escaleras. Se logra percibir en las fotografías el deterioro de las campanas, la entrada al reloj era una reja oxidada que no hacía parte de la estructura original, esta fue removida y tiene una puerta nueva.
Se conoció también que las campanas, debido al mal estado, no sonaban hace más de 12 años, y ahora volverán a ser utilizadas.
“Nos fuimos a los diseños originales, y como íbamos a poner las esfera, tableros y agujas nuevas, entendimos que nos costaba lo mismo hacerlo original que hacer una réplica, y por eso tomamos la decisión en el comité de autorizar esa reforma”, dijo Martínez.
Se estima que la reparación de la parte mecánica del reloj cuesta 42 millones y 52 millones la parte estructural. Este proceso ya lleva siete meses y se espera que para diciembre la Torre vuelva a mostrar un majestuoso reloj. “Esperamos entregarle antes del 30 de diciembre un reloj que dure muchísimos años más, que sea orgullo de los cartageneros y un reloj que sea apto para visitas, para propios y turistas, además un reloj cuyas campanas vuelvan a sonar”, concluyó Iván Martínez quien lleva solo ocho meses en esta oficina y quien aseguró, a El Universal, que quiere dejar una ciudad diferente a la que recibió cuando asumió este cargo.
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