Eyeball Tattoo consiste en tatuar la esclerótica o “blanco del ojo”. Esta es una de las técnicas de modificaciones corporales más arriesgadas que los amantes del arte corporal están practicando y, aunque es poco común, ya en la costa Caribe colombiana hay varias personas que la poseen.
Se conoce desde hace varios años en países como Estados Unidos, y se ha expandido en Latinoamerica. En Colombia ha aumentando su aceptación, así como en Venezuela y Argentina. El Eyeball Tattoo no lo puede realizar cualquier tatuador, son muy pocos los que están aptos para esta intervención, que requiere de mucho cuidado, pues se invade un tejido muy delicado como lo es la esclerótica.
La técnica fue popular en la prensa internacional en el 2012, luego de que Jason Walter Barnum fuera arrestado por intento de homicidio y uno de sus ojos luciera totalmente negro, característica que causó más conmoción que el propio delito que había cometido.
Según los expertos, el Eyeball Tattoo se realiza desde 2007, a manos del tatuador canadiense Howie Lunacobra, quien es considerado en el gremio como el mejor en la práctica.
Aunque en Colombia no hay un tatuador que se dedique a esto, hay exponentes mundiales que son contratados y traídos para la práctica, o al menos esto fue lo que hizo el barranquillero Gustavo Paternina, quien se hizo esta modificación con el venezolano Emilio González y ya cumplió un año con sus ojos tatuados de color azul, un cambio que le costó mil dolares y que hoy lo hace sentir único, sin importarle cómo lo miren los demás.
Como él hay más costeños tatuados en esta área del cuerpo, lo que afirma la idea de que en la región hay amantes de la práctica y que asocian esto con un estilo de vida al que defienden y muestran sin dificultad a pesar de los imaginarios culturales.
“He tenido buena acogida en la mayoría de la gente, son muy pocas las que me miran raro. Pero no lo tomo como algo malo, simplemente pienso que esas personas tienen una educación y cultura diferente (..) Pese a que somos guapachosos y folclóricos a la vez somos muy cerrados, lo que no compartimos lo satanizamos enseguida, mientras que en otras culturas lo hacen ver normal”, comentó el joven, quien es amante de la salsa, música que disfruta en sitios en Barranquilla frecuentado por gente adulta quienes son los primeros en lanzar una mirada poco agradable. Sus grandes ojos de color azul y café buscan transmitir originalidad y tranquilidad. “Escogí este color porque es el más tranquilo de la paleta de colores y transmite tranquilidad”, agregó este joven, de 25 años, quien comparte sus gustos con su esposa dentro de un un local para tatuajes en Barranquilla.
Paternina asegura que el arte en la piel es su pasión y que su Eyeball Tattoo lo hace sentir único en la región, y no es para menos. Según el gremio, en el Caribe solo hay dos personas con este tipo de tatuajes en la esclera. “Todo es costumbre porque físicamente no eres la misma persona, pero apenas pasa esa parte de autoreconocimiento ya todo es excelente”.
EL PROCEDIMIENTO
Este tatuaje se realiza en la transparencia del ojo, que está ausente de vasos sanguíneos. La tinta se aplica en una de las capas más superficiales de la esclerótica y el tatuador debe ser muy cuidadoso de no sobrepasarla, pues un pinchazo demasiado profundo podría causar efectos adversos como pérdida de visión, glaucoma o visión borrosa.
Según algunos optómetras en Cartagena, la técnica es poco conocida y por eso no se atreven a opinar a fondo. “Quien lo hace debe ser una persona que trabaje con un microscopio para que pueda entrar sobre las capas de la cornea que son milimétricas, y luego del procedimiento, esto en el ojo debe causar alguna reacción a la tinta. La esclera tiene varias capas y a simple vista no se puede saber qué tanto la puedes perforar. Este trabajo es muy riesgoso y puede afectar definitivamente la visión de la persona”, indicaron.
Mientras el gremio de la salud opina esto, Gustavo Paternina, asegura que luego de un año no ha experimentado ninguna reacción adversa en su visión.
EXPANSIONES EN OREJAS Y MEJILLAS
En la web circula una imagen en la que un joven muestra grandes (huecos) expansiones en sus mejillas, fotografía que causa, en algunos asombro, y a la vez duda por la veracidad de la misma. Pero para sorpresa de muchos, la foto es real y su protagonista es Joel Miggler, un alemán de 23 años, amante de las serpientes y obsesionado con este tipo de modificación corporal. 
Este medio quiso conocer cómo está en Cartagena esta práctica, y que según el gremio de tatuadores, va en alza.
“En Cartagena las expansiones han tomado auge entre los jóvenes, en especial entre las tribus urbanas, pero todavía son algo tabú, tal vez por esa razón son más comerciales los simuladores de expansión, que como su nombre lo refiere son topos o pendientes que se asemejan a una expansión, aun así no deja de ser escandaloso para los padres”, dijo Erick del Castillo, reconocido tatuador en Cartagena.
“Últimamente están llegado muchas personas a hacerse expansiones, antes solo lo usaban personas que les gustaba un determinado tipo de música como el rock o metal, pero de un tiempo para acá llega todo tipo de personas”, indicó Santiago Morelos, quien trabaja junto con Alfonso Lara, en un local en el Centro. Lara, otro cartagenero que inició su vida en el arte corporal a sus 14 años, piensa que todo tiene un límite. Actualmente tiene 7 tatuajes y dos expansiones. “Soy respetuoso de la modificaciones corporales, pero yo solo tengo dos y con esas me quedo”, dijo.
Los grandes aros los realizan con agujas de diferentes catéteres y luego se utilizan “tapers” que son unos cilindros de acero quirúrgico los que hacen que el cartílago de la oreja se empiece a expandir. Según esta explicación, resultaría una técnica fácil, pero el cuidado está en cada persona.
“Es algo de mucho cuidado, limpieza de todos los días, tomar desinflamatorios, después de la cicatrización aplicarle cremas porque tienden a tomar mal olor. En Cartagena tiene mucha acogida las expansiones en el labio, en la parte inferior”, expresó Lara.
Como estos jóvenes hay millones en el mundo quienes por moda o no, buscan ser o parecer diferente sin importarles los estereotipos, este es la premisa entre ellos. Sus familias y el resto de los que los rodean no representan si no una visión de cultura diferente. “ Lo que están viendo en nosotros no es más que la recopilación de lo que se hace en otras culturas, aborígenes, indígenas, las de África u Oceanía. Siempre hemos estados obsesionados con vernos y ser mejor todos los días las ganas de ser diferentes y todo lo que nos haga ser mejor, bienvenido sea”, concluyó Gustavo Paternina.
Comentarios ()