Bajo sospecha la zonificación de votantes en Barranquilla

A dos días de que termine el proceso de zonificación en Colombia, Barranquilla está en la mira de los organismos de control y de las autoridades electorales por el sospechoso afán de los barranquilleros de ejercer su derecho al voto en los próximos comicios a Senado y Cámara, que los lleva a pasar largas jornadas bajo sol y agua para habilitar sus cédulas con miras a las contiendas electorales de 2010. El número de inscritos por puesto de votación de Barranquilla cuadruplica la cifra de Bogotá y está muy por encima del promedio nacional, según datos de la Misión de Observación Electoral (MOE), lo que no deja de ser extraño. Mientras en Bogotá se inscriben 104 personas por puesto, en La Arenosa lo hacen 411, cuando la capital tiene 5 veces más población que la ciudad costeña. La zonificación terminará este lunes festivo, para lo cual los puestos de inscripción de cédulas estarán abiertos de las 10 de la mañana a las 6 de la tarde, jornada que desde ya estará bajo la estricta vigilancia de la Policía, el DAS y la Fiscalía. Sólo en el Centro de Educación Básica 183 se inscribieron entre el 25 y el 26 de octubre 796 personas, lo que representa un incremento del 94%. En el Instituto Las Mercedes zonificaron 784 personas durante en estas dos fechas, lo que equivale a un incremento del 91%. Pero el número de inscritos no es el único posible indicio de que algo está mal. Según el MOE, hay "compra y venta de votos de forma evidente alrededor de los puestos. Para ello, se utiliza la fotocopia de la cédula y el certificado de inscripción (formulario E4) como constancia de la venta del voto". Algunos ciudadanos han reportado la existencia de trasteo electoral hacia el Magdalena, como el municipio de Sitionuevo y Palermo, su corregimiento. En la mayoría de puestos los supernumerarios no llegan a la hora oportuna y en uno en donde el riesgo es mayor, en su reemplazo se encontró un docente de la entidad en donde se realiza la inscripción. Las personas son transportadas en buses contratados y, una vez desembarcadas, son controladas por individuos a los que denominan ‘mochileros’, que sirven de intermediarios a políticos. Los barrios a los que se les hace especial seguimiento son Ciudadela 20 de Julio, Las Nieves, La Paz, El Bosque, Santo Domingo y Lipaya, zonas populosas donde el rebusque es pan de cada día. Las peleas en los lugares dispuestos para la zonificación son frecuentes. Personas que llegan en buses y carros y que ingresan primero que quienes están en las filas desde hace horas, han generado enfrentamientos. En varios barrios los funcionarios de la Registraduría han sido agredidos verbalmente cuando la papelería no alcanza para el gran número de aspirantes a zonificar sus cédulas. Funcionarios de la Procuraduría, la Fiscalía y la organización Electoral se desplazaron a Barranquilla para investigar las denuncias de trasteo electoral que se han presentando durante el período de inscripción de cédulas. El Delegado Departamental de la Registraduría en Atlántico, Orlando Caballero, pidió extremar las medidas de control sobre el proceso de zonificación. "Hemos hecho un llamado a la autoridad de Policía Judicial, Policía Nacional, al CTI de la Fiscalía, al DAS, para que emprenda las campañas encubiertas, de inteligencia policial para dar con la captura de aquellas personas que presuntamente están cometiendo conductas contra el sufragio". La ONG Protransparencia se pronunció sobre las presuntas irregularidades diciendo que a pesar de los avances con el voto de opinión en la ciudad, la compra y venta del voto sigue siendo una marca vergonzosa de la política en Barranquilla. "Es un vestigio lamentable de nuestro atraso e involucra tanto a los políticos renuentes a una democracia moderna como a los ciudadanos sin educación política que no ven en su anormal comportamiento una transgresión a la ética pública", según dijo su director, el periodista Horacio Brieva Mariano. En el informe entregado por la Misión de Observación Electoral se explica el panorama de lo que ocurre en Barranquilla en los siguientes términos: "Las largas filas, las tempranas horas, incluso desde la madrugada, en las que se agolpan las personas en los puestos de votación y la venta de puestos reflejan el inusitado interés en la inscripción, situación que no deja de ser sospechosa y que, en aras de la transparencia del proceso electoral, requiere ser esclarecida por las autoridades competentes cuanto antes".