Cartagena Cómo Vamos dio a conocer algunas de las conclusiones del foro nacional “Cómo enfrentar el reto de la pobreza y la desigualdad social en las ciudades y regiones colombianas”.
La Red de Ciudades Cómo Vamos –RCCV, integrada por los programas Cómo Vamos de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga, Cartagena, Valledupar e Ibagué, con el apoyo de la Fundación Avina y la coordinación de Cartagena Cómo Vamos, realizó el Tercer Foro Nacional de la Red, titulado “¿Cómo enfrentar el reto de la pobreza y la desigualdad social en las ciudades y regiones colombianas?”.
OBJETIVO
El objetivo del foro fue dar una mirada general a los instrumentos y políticas públicas empleadas para combatir la pobreza, y sobretodo, a los resultados de su evaluación e impacto.
Asimismo, se buscó generar un espacio de reflexión sobre las desigualdades sociales y económicas que se registran entre las regiones colombianas, e incluso las que se presentan en el interior de las ciudades.
Además, poder compartir experiencias a nivel nacional e internacional en la reducción de la pobreza en las ciudades, e identificar posibilidades de aplicación en Colombia.
PANELISTAS
Los panelistas invitados fueron: Patrus Ananías, exministro de Desarrollo Social de Brasil durante el gobierno Lula; Juan Mauricio Ramírez, subdirector del Departamento Nacional de Planeación; Diego Dorado, director de Evaluación de Políticas Públicas de DNP; Alejandro Gaviria, decano de Economía de la Universidad de los Andes; Adolfo Meisel, gerente del Banco de la República de Cartagena; secretarios de despacho de las 8 ciudades Cómo Vamos encargados de trabajar los temas sociales y de pobreza; y Jorge Alvis, investigador en pobreza de la Universidad Tecnológica de Bolívar.
CONCLUSIONES
Diego Dorado, director de Evaluación de las Políticas Públicas de DNP, evidenció en su intervención un esfuerzo del gobierno nacional por realizar las evaluaciones de impacto de sus programas sociales, por ejemplo, el Programa Familias en Acción. Esos resultados dan cuenta de cambios positivos en la nutrición, asistencia escolar y en el consumo de alimentos y vestidos. No obstante, se reconoció que éstos son mejores en zonas rurales que en las urbanas. Estos resultados, identificados en la evaluación, posibilitaron tomar decisiones para ampliar el programa entre 2006 -2010, con alguna influencia también del entorno internacional.
Alejandro Gaviria, Decano de Economía de Los Andes, extrajo de la presentación de Dorado, algunos retos a tener en cuenta en los procesos de evaluación, como son:
Saber qué efectos se pueden atribuir en realidad a las acciones de los programas y no a otro tipo de acciones que se ejecuten;
Incluir la tasa de retorno de los programas en la evaluación, para fortalecer el nivel de decisiones con respecto a los cambios a introducir en los mismos.
Juan Mauricio Ramírez, subdirector del DNP, expuso la propuesta del Plan Nacional de Desarrollo, que se enfoca en elevar el crecimiento para reducir el desempleo y la pobreza y superar las desigualdades, asumiendo por primera vez en la historia reciente un enfoque regional.
LECCIONES
Patrus Ananías, exministro de Desarrollo Social de Brasil entre 2004 y 2010, se refirió a la importancia de la evaluación de las políticas sociales que amplían las oportunidades económicas y la movilidad social para la reducción de la pobreza y la desigualdad.
La intervención de Ananías deja al menos cuatro lecciones para la experiencia colombiana, lecciones que fueron resumidas por el economista colombiano Alejandro Gaviria:
La primera, la integración de las políticas social y económica, que no sólo debe procurarse en el ámbito nacional sino también en lo local. Lo que evidencia la experiencia brasilera es que la pobreza no sólo debe asumirse como un problema de carencias, sino también como un problema de eficiencia social, puesto que las garantías de los mínimos vitales y el goce efectivo de derechos se reflejan en una mayor sostenibilidad de estas políticas, vía crecimiento económico, y vía redistribución de los frutos del desarrollo.
La segunda, la política social debe estar sujeta a acuerdos que garanticen su permanencia, su carácter de política de Estado (tanto el exministro Ananías como Gaviria lo denominaron el espíritu republicano de la política). En particular, la política de lucha contra la pobreza debe estar insertada en un marco más general, articulado, de políticas públicas, que en Brasil se recogen en la llamada Red Nacional de Protección y Promoción Social.
La tercera, sobre la financiación de la política social. El logro de estructuras tributarias más fuertes es condición esencial para hacer efectivo el goce efectivo de los derechos de las personas. Este fortalecimiento debe apoyarse principalmente en los impuestos directos, en la función social de la propiedad, y debe acompañarse de transparencia en el manejo de recursos, para lograr la confianza a cortísimo plazo que se requiere para sostener las políticas sociales.
La cuarta se refiere a la calidad de los instrumentos de la política social, y se debe reflejar en un compromiso de la política social. Una guía de acción que se desprende de la intervención de Ananías, quien criticó fuertemente el clientelismo y el asistencialismo de las políticas convencionales, es que la política social debe asimilar a las personas como sujeto de derechos y no como sujetos de necesidades. La política social debe procurar la garantía y el restablecimiento de los derechos.
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