De los consejos comunitarios de Uribe a los acuerdos para la prosperidad de Santos

Mucho se especuló sobre si el gobierno del nuevo presidente, Juan Manuel Santos, mantendría los Consejos Comunales de Gobierno, pues esta fue una de las principales vitrinas políticas de la gestión de Álvaro Uribe Vélez. Sin embargo, desde finales de julio pasado, Santos anunció acompañado del Alto Consejero para la Competitividad y las Regiones, Miguel Peñaloza, que éstos no se mantendrían y que serían reemplazados por los llamados “Acuerdos para la Prosperidad”. Y aunque a ojos de los ciudadanos pueden parecerse, con la realización del primero de los eventos en Bucaramanga el sábado pasado quedó claro que el estilo de gobierno tocará hasta estos temas. LOS CONSEJOS COMUNALES Los consejos comunales de Uribe fueron definidos en su época como “una herramienta de gobierno, unida al estilo de administración de la cosa pública por parte del presidente Uribe” arrancaron como metodología de trabajo característica del Estado Comunitario cuya aplicación comenzó en la época en que Uribe ocupó la gobernación del departamento de Antioquia en los 1995-1997. Sin embargo, por la metodología adelantada, varias personalidades políticas criticaron el avance de este tipo de eventos por la personalización de la gestión que suponen los Consejos. “El solo hecho de que termine siendo reemplazado el gobernante local por el nacional, es sumamente negativo, porque esto releva la responsabilidad del Alcalde o del Gobernador y es el Presidente quien termina asumiendo funciones que no le corresponden”, dijo hace unos meses el ex alcalde de Bogotá en declaraciones dadas a medios al respecto. Y aunque es cierto que los espacios tenían una alta exposición a la relación personal entre Uribe y la gente, no se puede negar lo que afirma Ricardo Galán, ex Jefe de Prensa de la Casa de Nariño, que una de las ventajas de los Consejos era que “la gente se siente escuchada. Pues podía expresarle al Presidente sus necesidades de manera directa y eso le encanta a las comunidades”. Y es que los Consejos Comunitarios se habían vuelto la principal estrategia de gobierno hasta el punto de realizar 305 eventos, los cuales empezaron únicamente los sábados y terminaron replicándose en diversos puntos del país durante domingos y festivos hasta el final del gobierno Uribe. Por tal razón para Gilberto Toro, ex director de la Federación Colombiana de Municipios, este tipo de eventos fueron sin precedentes en el que los alcaldes podían hablar con el Presidente. “Creo que sólo hablar directamente con el Jefe de Estado tiene muchas ventajas y logra fortalecer la soberanía y la articulación armónica entre el Gobierno central y los municipios”, señala Toro. LA TRANSICIÓN A LOS ACUERDOS No obstante el éxito y el impacto mediático de los Consejos de Uribe resaltado en varias ocasiones por analistas como el politólogo Alejo Vargas o el analista de medios Germán Ortiz, Santos afirmó en campaña que aunque los consejos comunales “son una forma de poner en práctica un gobierno participativo” esto puede darse “a través de otro tipo de reuniones”. Y ese cambio se ha visto. Desde ayer, el Primer Mandatario inauguró el desarrollo de los Acuerdos para la Prosperidad, cuya primera decisión se celebró en la ciudad de Bucaramanga. Las diferencias entre los Consejos y los Acuerdos saltan a la vista. Mientras que Uribe era la ficha clave de sus consejos y era parte fundamental en todas las reuniones y la toma de decisiones con mandatarios locales, representantes de la sociedad civil y gremios, Santos únicamente está presente durante las cuatro horas que dura el evento como tal. Las reuniones de los Acuerdos además se harán sólo una vez por semana y cubrirán no todos los temas sino que tendrán enfoque sectorial, informó a Colprensa el alto consejero para la competitividad y las regiones, Miguel Peñaloza. Por ejemplo la reunión del sábado tuvo como centro el tema de turismo y desarrollo, para lo cual se reunieron miembros de los sectores de hacienda, economía, promoción turística y desarrollo regional. Sin embargo, desde el día previo al evento de los sábados en cual siempre estará presente Santos, los representantes del sector que va a ser protagonista del evento se reunirán en una mesa intersectorial en compañía de funcionarios de la Alta Consejería para la Competitividad con el fin de sacar conclusiones y redactar relatorías que den cuenta de los principales problemas a atender. Este tipo de mesa dura cerca de 10 horas. Con este insumo Santos coordina la reunión de los sábados y se encarga de que los temas tratados queden incluidos en el Plan de Gobierno Departamental así como en los planes y las agendas regionales para la competitividad, que coordina la presidencia. Estas reuniones de los sábados además no se hacen en compañía de todo tipo de personas, sino que sólo tienen como invitaos a funcionarios del Estado, representantes de los gremios especializados o personas que asisten en representación de sectores organizados de la sociedad civil con opiniones especializadas. Para Peñaloza, quien también trabajó con el presidente Uribe, este tipo de reuniones se diferencia de los consejos en cuanto a que hace un manejo del tiempo más “eficiente” y un manejo de la información con criterios más prácticos y “técnicos”. No obstante el funcionario aclara que su fin seguirá siendo el buscar “la cohesión social y la generación de gobernabilidad” meta que se mantiene de la pasada administración. LO COMUNITARIO SE TOMA LA REGIÓN Pese a que Santos ha hecho énfasis en que el talante de su gobierno es concertación, este tipo de espacios no es exclusivo de Colombia, e inclusive otros países la aplican con participación directa de la sociedad mediante una relación mucho más equitativa frente al Estado. En Ecuador, varias provincias como Quito y Guayaquil adelantan reuniones bajo el método de los presupuestos participativos, forma con la cual se busca concertar el gasto público de manera ordenada entre el Estado y la comunidad en general. Por su parte, en Venezuela también adelanta reuniones de Consejos Comunitarios en áreas rurales y urbanas. Estos fueron aprobados por la asamblea venezolana en el marco de la promoción de la democracia participativa. También son abiertos al público en general.