El sucesor de Uribe: un interrogante por resolver

La última vez que los colombianos tuvieron que salir a votar dos veces en un mismo periodo para la presidencia corría el año de 1998. En esos comicios se enfrentaron en la segunda vuelta Andrés Pastrana Arango, por el partido Conservador; y Horacio Serpa, por el Liberal. Pastrana conseguiría la presidencia con poco más de cinco millones y medio de votos; tras su gobierno subió a la presidencia Álvaro Uribe, quien desde ese entonces y tras dos procesos electorales definidos en primera vuelta, 2002 y 2006, no ha abandonado el poder. Sin embargo, para las próximas elecciones el panorama podría ser muy distinto. De acuerdo al último sondeo del Centro Nacional de Consultoría, realizado la semana pasada, el escenario electoral no pareciera estar tan disparejo. Aunque el candidato de la U, Juan Manuel Santos, lidera las encuestas con una intención de voto del 18 por ciento, es seguido de cerca por Sergio Fajardo, de Compromiso Ciudadano por Colombia, con el 12 por ciento. La tercera en intención de voto es la precandidata conservadora Noemí Sanín, que ostenta el 11 por ciento de acuerdo con las cifras presentadas. Partiendo de estos datos, y si no se presentan mayores modificaciones en las tendencias, habría segunda vuelta, pues de acuerdo con la Constitución, para que no haya un segundo certamen en las presidenciales se necesita que un candidato saque la mitad más uno del total de los votos. Estas tendencias coinciden con las observaciones aportadas por el analista Alejo Vargas, para quien lo más probable es que en mayo “salgan victoriosos Juan Manuel Santos y Noemí Sanín”. No obstante, hay factores que pueden alterar el estado actual de las cosas. El hecho de que Andrés Felipe Arias no esté al frente de las elecciones internas del conservatismo que serán el 14 de marzo (pues Noemí lo dobla en la intención de voto de su partido por 41 a 21), puede propiciar un clima apto para la consolidación de la coalición uribista a la que Santos se refirió en declaraciones dadas a varios medios el sábado. Por otro lado, las opciones de los candidatos independientes y de oposición parecieran estar más reducidas. De acuerdo con los datos del CNC, los siguientes candidatos en cuanto a la intención de voto son: Gustavo Petro, con 9 por ciento, y Germán Vargas Lleras, Andrés Felipe Arias y Rafael Pardo, todos con 6. A estos le sigue de cerca Antanas Mockus, con 5 puntos arrastre. Si bien esta fragmentación de votos puede favorecer a los candidatos del oficialismo, para Alejo Vargas puede determinar una cosa: si se mira la opción de los otros candidatos, Lucho, Peñalosa y Mockus; Petro, del Polo; Vargas Lleras, de Cambio Radical y al Rafael Pardo, del partido Liberal, vemos que hay una fragmentación que deriva en pérdida de capital electoral y propuestas valiosas”. Para Vargas, estos sectores políticos sólo tienen una opción, “les quedaría por delante la alternativa de agruparse para ser un coalición significativa, de lo contrario no creo que causen revuelo en las elecciones”. Por otro lado, hay que considerar el tema de las posiciones. De acuerdo a las muestras dadas por los candidatos del uribismo no se contemplan posibilidades de hacer coaliciones a corto plazo, pues quedó en claro que Arias y Santos ratificaron sus aspiraciones presidenciales por separado. Respecto al tema de una posible segunda vuelta, el ex canciller Augusto Ramírez afirma que “lo más probable es que los capitales electorales se repartan entre los partidos que existen”, este tema pesó si se le suma que Aria y Santos no tienen certezas absolutas de que se le sumen los votos de Uribe de forma automática, más aún cuando cargan a sus espaldas los escándalos de Agro Ingreso Seguro -AIS- y de los falsos positivos. En síntesis, las campañas parecieran estar vivas de nuevo. A tres meses de las elecciones presidenciales no hay certezas sobre los resultados de las mismas pues entre los tres primeros candidatos no hay más de 10 puntos de diferencia. Serán elecciones reñidas y se definirán por el juego de oposición y apoyos propio de la democracia de partidos. La política ha vuelto a tomar vida en la incertidumbre y los partidos tienen todo por ganar, pues hasta la fecha, la primera vuelta es terreno de nadie.