En la Constitución faltó más lucha contra la corrupción

Antonio Navarro Wolff fue elegido el 8 de diciembre de 1990 como uno de los 70 constituyentes que marcaron la historia de Colombia con la redacción de la Constitución Política de 1991.
Veinte años después, como gobernador del departamento de Nariño, se apartó por unos minutos de sus responsabilidades para recordar cuáles y cómo fueron sus aportes en la redacción de la Carta Magna.
Volver al pasado de la historia política colombiana es saborear de nuevo una época de crisis y de violencia con los asesinatos Luis Carlos Galán, Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro, pero también de esperanza  que, finalmente, dio lugar a la convocatoria de elecciones para formar la Asamblea.
El exconstituyente que se desempeñó como presidente de la Asamblea Nacional Constituyente en representación de la Alianza Democrática M-19 aseguró que ese movimiento hizo quizá uno de los aportes más importantes: la desmovilización del EPL, el grupo Quintín Lame y el PRT.
Sin embargo, luego de tanto tiempo, Navarro reconoció que algo faltó: la creación de mecanismos de lucha contra la corrupción que protegieran el tesoro del erario. También criticó algunas de las reformas que ha sufrido la Carta como la que permitió la reelección del expresidente Álvaro Uribe Vélez en 2006.  Pero también reconoció importantes adiciones al texto de la Constitución como el cumplimiento del estatuto al trabajo.
- ¿Cómo era Colombia antes de la Constitución de 1991?
En los años 88, 89 y 90 murieron asesinados cuatro candidatos presidenciales, dos de la Unión Patriótica, uno del nuevo liberalismo y otro del M-19 y era necesario encontrar una salida institucional al reto planteado con esa situación de violencia contra la legitimidad de la democracia. Se abrió paso a un proceso de paz con el M-19 que generó la esperanza. Todo eso generó un movimiento ciudadano. Ahí llegó la Séptima Papeleta que nos lleva a otra de las características de esa época, donde los votos los repartían los partidos. En marzo del 90 hubo seis elecciones (Senado, Cámara, Asamblea Constituyente, Alcaldes, Gobernadores y concejo municipal). Los estudiantes decidieron repartir una nueva papeleta que llamaba y convocaba a una nueva Asamblea Nacional Constituyente.

- ¿Qué significó para el país la redacción de la nueva Constitución?
Fue un momento excepcional, un momento en el que se combinaron las esperanzas de una transformación seria de la sociedad, de la política y del Estado apoyado por la opinión pública. Todo eso produjo un clima constructivo de consenso, de querer hacer las cosas bien. Se pensó en qué era lo mejor para la sociedad. Eso permitió hacer una Constitución que no es perfecta, pero cambió muchas cosas.
 - ¿Cuál era el espíritu del texto?
Las instituciones estaban al servicio del poder y pasaron al servicio del ciudadano, la Carta de Derechos, la tutela, la acción popular, la Corte Constitucional conformada para defender la Constitución, para que se aplicara y se desarrollara, todo eso conformaba el Estado Social de Derecho.
 - ¿Cómo fue trabajar como presidente de la Asamblea con personas con pensamientos diferentes?
La presidencia la acordamos Álvaro Gómez y yo porque los liberales, en un principio, no quisieron una fórmula de esa naturaleza, pero les dejamos una silla. A partir de esa reconciliación entre Gómez y el M-19, porque acuérdese que a Álvaro lo había secuestrado el M- 9 en el 88, todo parecía posible y eso ayudó mucho a que el espíritu del trabajo de la constituyente fuera de reconciliación y conciliación. De manera que haber trabajado con diferentes fuerzas políticas fue premonitorio a toda la apertura política que hemos vivido en momentos recientes.
 - ¿Cuál fue el mayor aporte que usted hizo?
Estaba en la cabeza del M-19, que hizo un aporte importantísimo. Permitió la desmovilización de tres grupos armados: el EPL, el Quintín Lame y PRT. Además, si no hubiera sido por la presencia nuestra, todo se habría quedado en una simple reforma constitucional.
 - ¿Qué le hizo falta a la Constitución?
Sin duda mejores mecanismos de lucha contra la corrupción, porque la manera como se seleccionan los contralores y contraloras no es suficientemente buena para garantizar que hay control del erario. Las superintendencias son muy débiles y en general creo que en el control del dinero público aún se necesitan controles.
 - ¿Qué piensa de las 30 reformas que se le han hecho a la Constitución?
Una negativa es la que disminuyó el ritmo de crecimiento de las transferencias a las regiones; otra la que permite la reelección presidencial inmediata. Positiva la que restringió la creación de partidos; la reforma a las regalías, pero en general, creo que el espíritu de la Constitución está vivo y sigue tan campante.
 - ¿Cuál es el constituyente que más recuerda?
Varios, el maestro Palacios Rudas que era muy importante en temas económicos. El papel de Guillermo Perry en el diseño de la descentralización de recursos. El papel de Juan Carlos Esguerra en el diseño de la tutela, indígenas como Lorenzo Muelas que hizo un papel muy importante y en un momento tuvimos que decir que lo que había que tener era falda de indígena para poder lograr que se aprobaran las cosas en la Asamblea.

OLVIDO IMPOSIBLE
- ¿Cuál fue para usted un momento memorable?
Tal vez el más importante, por supuesto, el día de la sanción. Había un poco de hojas, unas encimas de otras, todas en blanco porque en ese momento todavía no había terminado de hacer la compilación la Comisión Codificadora, que alguien dijo que era la Comisión Modificadora. Firmamos y fue un momento solemne porque sabíamos que era un hecho que iba a pasar a la historia. Ahora que se cumplieron 20 años, los historiadores clasificaron a la Asamblea como uno de los 10 momentos más importantes de los últimos 200 años.
 - ¿Y el momento que no quisiera haber vivido?
No pues siempre hubo un espíritu constructivo, lo malo eran esas jornadas extensas y como era en un sótano, nosotros no sabíamos si era de día o de noche y cuando menos pensábamos ya era de noche.
 - ¿Qué momentos curiosos recuerda de la Asamblea?
Juan Gossaín montó su mesa de trabajo en la puerta de la Asamblea, nosotros llegábamos a las seis o siete de la mañana y él ya estaba allí transmitiendo. Juan Guillermo Ríos, que tenía un noticiero muy visto en esa época, ponía un vidrio donde transmitía las noticias y atrás estaba la sala plena de la Asamblea sesionando. En otro momento, el Gobierno nos dijo que nos iban a dar carros a los tres presidentes de la Constituyente y nosotros los rechazamos, cuidamos mucho la imagen de la Asamblea. Una vez nos llamaron y no dijeron: “hay unas señoras de la vida alegre que quieren hablar con una comisión de la Asamblea”. Cuando salieron a ver qué era, estaban ellas, que querían que los derechos de las prostitutas quedaran incluidos. También los presos de las cárceles decidieron desarmarse y entonces salieron montañas de chuzos y armas.