"Esto hace parte de un complot contra el Gobierno": Francisco Santos

El vicepresidente de la República, Francisco Santos, se declaró víctima de un complot que se está armando en su contra por parte del paramilitarismo, luego de que se reabriera esta semana un proceso en la Fiscalía, por haber sido un presunto promotor de este grupo ilegal en la capital del país. Visiblemente golpeado en su ánimo, el segundo hombre del poder en Colombia no duda en decir que todo se debe a su labor de perseguirlos y combatirlos, pero a la vez se declara sorprendido por lo que llamó una justicia mediática que desconoce investigaciones bien realizadas. Asegura que sólo piensa en trabajar en su defensa, en superar esa situación que le ha maltratado a él y a su familia, y que, por eso, ahora no es momento de pensar en una eventual nueva reelección al lado del presidente Álvaro Uribe. - ¿Qué opinión le merece esta decisión de la Fiscalía a Francisco Santos, como persona y no como Vicepresidente de la República? Fue una sorpresa inmensa, porque esta es una justicia mediática. La decisión es contraevidente, no hay nuevo delito, pero ahora dicen que toca seguir investigando aunque hubo una investigación seria en la que el fiscal ante la corte habló con muchos testigos, incluso con Salvatore Mancuso en versión juramentada en la que él se retractó. Es una decisión que respeto, pero no comparto. Siento dolor y decepción, pero también coraje para seguir batallando. - Y cómo alto funcionario público, ¿cuál es la interpretación que le da a esta situación? Esto hace parte de un complot contra el Gobierno y contra mí, sin duda alguna. La función de la justicia es investigar y si existe evidencia acusar, aquí no han encontrado ninguna evidencia, salvo la declaración de un bandido que en ese entonces pretendía chantajear al Gobierno. Vale más una declaración chantajista que los hechos fácticos que demostró la investigación del fiscal Collazos. - Sin embargo, hay unos cargos en su contra, de reuniones con grupos ilegales, ¿cómo los explica? Es que ya hablaron con todas las personas que tenían que hablar por ese caso. Al señor Jorge 40 lo llamaron dos veces a que ratificara los testimonios que había dado Mancuso en versión libre y no quiso, entonces ¿la justicia tiene que someterse a ver en qué momento habla? No. La decisión de revocar el auto inhibitorio se basa en una carta de Don Berna, que está condenado en Estados Unidos y quiere sacarse el clavo con el Gobierno, eso deja muchas dudas. Yo mismo pedí que tomaran mi versión y el fiscal dijo: “No señor”, porque para llamarlo necesito evidencia de que había algo y por eso declaró la inhibición. - ¿Quién estaría interesado en un complot contra Usted? Es un complot por haber combatido la parapolítica, la corrupción y los violentos. Yo fui el primero que habló que iban a caer 40 parlamentarios. Los callos que pisé acaban generando lazos por otro lado que generan ese complot. No quiero especular sobre eso, pero déjeme decirle una cosa, me da escalofrío ver que esta es una decisión de la que hoy se alegran dos tipos de colectivos: el de los derechos humanos y el de los paramilitares. - ¿Se puede pensar que en esto influye el proceso de reelección, la disputa que ha habido con las Cortes o la misma elección de Fiscal? No quiero entrar a especular sobre eso, pero esta es una decisión que duró un año quieta, y por eso pregunto: ¿Qué actividad judicial hicieron en todo ese tiempo? me entran dudas. - ¿Se siente traicionado por el sector de los derechos humanos? Sí, francamente sí. Gente por la que me la he jugado, gente que en estos siete años ha tenido todas las garantías para hacer las denuncias, es gente que decidió utilizar este caso para buscar un resultado político. - ¿Quién, en particular, lo traicionó? Gustavo Gallón, obviamente. Él conoce muy bien mi labor durante estos siete años, pero bueno, eso es parte del trabajo, aunque yo sí pensé que tuviera un criterio más serio. - ¿Y los paramilitares por qué están contentos? Obvio que se sienten absolutamente felices de todo esto y en ese sentido buscaron a una de las personas que los ha combatido. - ¿Está muy golpeado anímicamente? Mucho, esto es mucha desilusión, porque he sido una persona decente que ha trabajado por el país. Esto es muy duro, pero soy un hombre que no tengo la tacha más mínima y por eso estoy tranquilo. - ¿Y en medio de toda esta situación Usted estaría dispuesto a acompañar al presidente Uribe en una posible nueva reelección? Por ahora creo que lo más importante es ver cómo terminar con este proceso, necesito es concentrarme en esta defensa y dejar que la justicia actúe. - Ha dicho que colectivos de los derechos humanos se alegran con lo que le está pasando y usted, precisamente dirige esa política nacional. Sobre esa labor, ¿puede decir que hay un verdadero respeto por los derechos humanos en el país? Sí y como nunca lo ha habido. Que hay violaciones, sí, ese es un problema que se reconoce, pero no son sistemáticas, no se esconden, se corrigen y se castigan. Además es un país que está totalmente abierto al escrutinio y que en los escenarios internacionales es visto como un ejemplo de corrección. La ganancia que ha habido es mucha y la política de seguridad democrática ha sido la sostenibilidad de esta política. - Pero existe todo el escándalo por los llamados falsos positivos…; Mire, hay un pronunciamiento muy importantes, del propio Cinep, que dice que se acabó el problema. Aún hay unos casos, pero las medidas que tomó el Gobierno sirvieron para parar ese problema; eso habla de lo que se ha hecho en este tema. - ¿Y se puede garantizar que no vuelvan a suceder? Sí, porque además de la decisión administrativa de remover a unos oficiales, se tomaron quince medidas a las que les estamos haciendo seguimiento y con las cuales se amarran los controles. - ¿Cree que con la entrada en vigencia de la Corte Penal Internacional para el país, cambie en algo el panorama de orden público? No, y tampoco creo que la Corte vaya a entrar finalmente a Colombia, porque lo haría por dos razones: si el país lo pide o porque su justicia no actúe, como es el caso de Sudan, aquí no hay un Estado cómplice y el estado si actúa. Lo que sí necesitamos es seguir trabajando con la Corte, necesitamos es pasarle más información, para que vea todo lo que estamos haciendo. - ¿Cómo va el trabajo que se realiza desde la Vicepresidencia para encontrar un apoyo internacional en el tema del desminado? Abrir esa puerta es muy importante, ya estamos mirando ese protocolo para que el desminado por parte de los civiles se dé en Colombia, estamos trabajando con el Ministerio de la Defensa, eso lo debemos dar a conocer en la Cumbre de Cartagena en donde se revisará el cumplimiento de la Convención de Ottawa y a partir de ahí yo esperaría que a principio del otro año nosotros abramos las puertas para que lleguen varias entidades humanitarias. - ¿Eso permitiría pensar en un país libre de minas? No, porque los actores armados las siguen sembrando, pero, por lo menos, sí podemos pensar en que los territorios que vayan quedando libres de actores armados, queden despejados de minas.