Gobierno Santos, el primer año lleno de sorpresas

Sin lugar a dudas, el primer año del presidente de la República, Juan Manuel Santos, ha sido de sorpresas en todos los campos, al punto que hasta sus más acérrimos detractores así lo han reconocido.
Hace poco más de un año, cuando el país aún se dividía entre la ola verde y el Partido de la U, nadie esperaba que Santos fuera a marcar una diferencia tan radical y rápida con su antecesor Álvaro Uribe Vélez.
Pero así fue, el presidente decidió gobernar bajo sus propias banderas y hacer su propio estilo de gobierno, un gobierno que según algunos parecer ser cada vez más liberal. Las relaciones con los países vecinos han sido el logro más significativo y rápido del mandatario.
Desde su posesión el pasado 7 de agosto la agenda internacional del mandatario se ha marcado por mejorar las relaciones con los vecinos y con Europa. El mismo día de su posesión Santos empezó a utilizar sus habilidades de experto jugador de Póker.
Su primera jugada fue invitar al presidente de Ecuador, Rafael Correa, para entregarle las pruebas recuperadas durante el operativo en el que murió alias ‘Raúl Reyes’. Luego Santos sacó un as bajo la manga y logró lo que parecía imposible. Que el presidente venezolano Hugo Rafael Chávez Frías visitará Colombia y se restablecieran las relaciones diplomáticas a escasas 72 horas de haber asumido la Presidencia.
Y en lo nacional, poco a poco el presidente ha demostrado sus grandes capacidades para encontrar consensos. La prueba fundamental es que la Unidad Nacional ha logrado sobrevivir más de un año cuando muchos vaticinaron que sería un fracaso ya que en su interior había polos tan opuestos como el Partido Conservador y el Partido Liberal. Sin embargo, todo lo contrario ha sucedido.
Santos ha logrado mantener a los partidos de la coalición unidos e incluso incorporó a uno más, el Partido Verde. El mismo de la gran ola de opinión que tanto se opuso al presidente Santos por considerarlo la continuación de Uribe, ahora hace parte de su coalición. 
Lo analizan
El vocero y representante verde Alfonso Prada, considera que el balance del primer año del mandatario “se muestra claramente en la decisión de entrar en la Unidad Nacional. Si uno hiciera un corte de cuentas las leyes de Víctimas, Anticorrupción, Regalías, son los iconos de su programa. Prada asegura que Santos “en el primer año lo gastó en dotarse de los instrumentos para avanzar en su labor”. Sin embargo, algunos columnistas como
Antonio Caballero dice que “nada en el país ha cambiado en el año de gobierno de Juan Manuel Santos”. Caballero afirma que en Colombia “continúan las guerrillas, los paramilitares se llaman ahora bandas criminales, prosiguen los desplazamientos, aumenta la inseguridad, no se detiene la destrucción ambiental, el narcotráfico sigue tan campante, la corrupción crece a ojos vistas, el desempleo no da tregua. Y no han cambiado ni un ápice las políticas económicas, militares, sociales, educativas, diplomáticas. Ni siquiera han cambiado las palabras. Solo ha cambiado el tono de las palabras”.
No obstante, el codirector de Cambio Radical, Germán Varón, considera que el presidente Santos “ha generado todo el marco jurídico que necesita para empezar cambios sustanciales aún cuando todavía falta parte de la agenda, creo que ha sido muy provechoso a la legislatura que termina y deberíamos empezar a ver resultados y cambios en el país a corto plazo”.
De hecho, una de sus principales iniciativas, la Ley de Víctimas, todavía no entra en vigencia y será solo hasta el primero de enero que los colombianos podrán ver al Ejecutivo realmente desarrollando ese instrumento, poner en marcha las herramientas que el Congreso le ha dado y que le dará con una más de una veintena de proyectos que están por llegar al Congreso.
Sin embargo, el presidente no trabaja sólo con las leyes que le ha dado el Congreso. Aunque el Estatuto Anticorrupción es una herramienta para combatir ese tipo de delitos, Santos ha destapado ollas podridas en la DIAN, la Dirección Nacional de Estupefacientes, la educación y aseguró que aún quedan más por venir. En el tema de la paz la exsenadora del Partido Liberal Piedad Córdoba ya lo ha dicho: “Santos es el presidente de la Paz”.
Durante lo que lleva su mandato la guerrilla y el Gobierno envían señales de posibles acercamientos para llegar a una mesa de diálogo y el Congreso trabaja en la creación de un marco legal para la paz.
Córdoba ha dicho que espera que este mismo año puedan salir todos los secuestrados de la selva y el Gobierno ha facilitado cuando las Farc han entregado secuestrados. De hecho, el mismo presidente Santos ratificó que en Colombia sí existe conflicto armado a pesar de los duros cuestionamientos de su antecesor. Los acuerdos de paz de Santos no se limitan sólo al territorio colombiano.
El mandatario consiguió también que el expresidente Manuel Zelaya consiguiera retornar a su país tras un golpe de Estado y acabar de esa forma con la polarización política por la que empezaba a atravesar Honduras. El politólogo Enrique Serrano asegura que en general los primeros 365 días de Santos han sido buenos aunque dice que “en la opinión pública esta la sensación que llegó al poder con los votos de Uribe y se ha dedicado a no protegerlo” y por eso hay quienes lo consideran “un traidor o un aprovechador”.
Serrano asegura que “nadie le puede pedir a Santos que haga lo mismo de Uribe” y que “la percepción de seguridad es más débil que en los días de Uribe, pero la favorabilidad todavía es muy alta”. A su turno, el politólogo y profesor de la Universidad Javeriana, Fernando Giraldo, asegura que Santos está haciendo “un esfuerzo enorme por restaurar la institucionalidad del país. En el último periodo Colombia se había desistitucionalizado y se habían roto los valores republicanos”. Giraldo considera que el mandatario ha hecho un esfuerzo en lo que lleva de mandato por “restablecer relaciones con las otras ramas del poder, y se ha permitido a la justicia tener autonomía con armonía y moderación”.
Según el politólogo de la Javeriana, Santos se ha enfocado “en consolidar un Estado que había debilitado en los últimos ocho años, lo que le ha generado confrontación con el expresidente Uribe, pero es inevitable”. El mandatario quiere tener a todos contentos, incluso al Polo, el único partido de oposición.
El presidente de esa colectividad Jaime Dussan ya tiene en su manos el borrador del estatuto de oposición, y el presidente espera que la iniciativa pueda ser radicada en el Congreso con el beneplácito del Polo. Lo que le queda de agenda legislativa es largo y trecho, el mandatario continúa presentando iniciativas tan polémicas como la reforma a la justicia.
Para ello se ha reunido en repetidas ocasiones con la rama judicial para que el proyecto sea consensuado. Aún quedan tres años más de Santos, si no decide reelegirse. Aunque la ola invernal le significó un gran reto por superar y ocupó gran parte de sus esfuerzos, el presidente continúa dotándose de herramientas jurídicas y marcando cada vez más su propio estilo de gobierno. El país está a la espera de ver cómo resulta la ejecución de todas las iniciativas y reformas constitucionales que el Congreso le ha aprobado.