Por caso Bazurto: concejales visitan central de Granabastos en Barranquilla

Construir una central de abastos como la que existe en Soledad (Atlántico), desde el año 1988, le costaría hoy al distrito de Cartagena cerca de 80 mil millones de pesos.
También se requerirían unas 70 hectáreas de tierra, disponibles para edificar pabellones y bodegas, cuyos locales albergarían a comerciantes de víveres y abastos primordialmente mayoristas.
Pero el gran escollo por superar sería definir quiénes conformarían la futura gran central de abastos de Cartagena: si los comerciantes mayoristas y minoristas juntos, o solo los primeros.
A esas consideraciones se llegó ayer, tras un recorrido realizado por una comisión de nueve concejales que visitaron la central de abastos barranquillera, invitados por la Asociación de Comerciantes de Víveres y Abarrotes de Cartagena, Acoviba, en cabeza de su presidente, Guillermo Ramírez y de representantes de la junta directiva de Granabastos.
El ejercicio sirvió para que el presidente del Concejo, Rafael Meza, su vicepresidenta Saray Aguas y los concejales, César Pión, Wilson Toncel, Germán Zapata, Pastor Jaramillo, Alfredo Díaz, Duvinia Torres y William Pérez conocieran de cerca los detalles de la infraestructura y los mecanismos de funcionamiento de la central de acopio.
El recorrido hace parte de unas serie de visitas que hará el Concejo a varias centrales de abastos en el país, en busca del mejor modelo a implementar en Cartagena, teniendo en cuenta que el Distrito enfrenta una Acción Popular fallada a favor de un ciudadano, que ordenó el traslado del Mercado de Bazurto y que dio como plazo 4 años.
Una de las preocupaciones está, precisamente en que ya solo quedan 3 años y aún el Distrito, cuya nueva administración deberá dejar resuelta esta situación, no presenta ningún diseño o plan al respecto.
“Esta invitación que hacemos a los concejales es porque ellos son actores de primer orden y debe estar unidos a los otros actores de la sociedad como los comerciantes, porque debemos estar unidos para esta solución que la ciudad reclama”, dijo Guillermo Ramírez sobre la visita.
El presidente de Acoviba, rechazó de plano el proyecto de mercados sectoriales de que se ha hablado en la ciudad y dijo que “la ciudad necesita una central de abastos con una logística adecuada, acorde con la expansión de la ciudad, y para ello el Concejo en su autonomía debe conocer estas centrales”, agregó Ramírez.
La gran central
La gran central de abastos de Barranquilla, Granabastos, fue construida en 1988 en los terrenos de una finca en el municipio de Soledad, a las afueras de la metrópoli, como una solución al problema de hacinamiento, impacto ambiental y congestión de la movilidad que estaba generando la plaza de mercado local en el sector de Barranquillita.
Según el gerente de la central, Alex Riveira, la decisión obedeció entonces a una directriz del Estado, de construir grandes centrales de abastos mayoristas cumpliendo de que estas quedaran por fuera de los centros urbanos, en aras de los conceptos de movilidad y amplitud de las bodegas.
De hecho Granabastos, una especie de amplia urbanización comercial, cuenta con unos seis grandes bloques, en donde están las bodegas y locales repartidos en unas 33 hectáreas (unos 259 metros cuadrados urbanizados).
En su exposición, Riveira destacó que desde un comienzo Granabastos fue concebida como un complejo comercial agroalimentario, que hoy cuenta con amplias avenidas y bodegas y un amplio sistema de seguridad.
Hoy Granabastos vive de la renta de bodegas a marcas mayoristas y distribuidoras. Aunque prevalece una deuda pública con el Estado por su construcción, de unos 16 mil millones de pesos, Riveira dice que Granabastos da utilidad.
Pero algunos miembros de la Junta Directiva de granabastos, discrepan y creen que la central se ha convertido hoy en un centro comercial más logístico que agroalimentario, que no sirvió para acabar con el fenómeno de Barranquillita, que actualmente permanece afectando la movilidad y el medio ambiente de los barranquilleros.
Hablan concejales
Los concejales de Cartagena, luego del recorrido, coincidieron en que las grandes diferencias entre las dos ciudades pesan a la hora de tomar una decisión.
“En Cartagena hay que plantear la construcción de una central de abastos en Cartagena en un terreno mucho más amplio como el que se tiene previsto, ya que solo hay unas 10 hectáreas en El Pozón, y deberá incluir a minoristas y mayoristas”, dijo César Pión.
“Nos llevamos las ideas de las cosas buenas, la amplitud, la limpieza, la organización que tiene Granabastos, eso nos servirá para ir buscando un camino de lo que hay que hacer en Cartagena”, dijo el concejal Rafael Meza, quien además reclamó la presencia de los asesores distritales Óscar Brieva y Danilo Contreras, quienes no asistieron al encuentro.
“En la ciudad estamos jugando a hacer una central de abastos sin haber hecho unos estudios socioeconómicos serios, y de cuál es la real demanda de precios de productos en la ciudad, sin esto no podemos proyectarla”, dijo el concejal Pastor Jaramillo.
“Ese fallo que obliga a trasladar hay que convertirlo en una oportunidad para la ciudad, no nos podemos equivocar; la ventaja es que Cartagena y Barranquilla son centros de destino no de origen como Bucaramanga; pero en Cartagena debemos pensar en una ciudad-región que articule a zonas productivas como los Montes de María”, dijo el concejal Germán Zapata.
“Aquí lo que debemos llevarnos son las experiencias negativas y positivas, el acierto por ejemplo de la gran infraestructura física que tiene Barranquilla con Granabastos, pero sin olvidar lo negativo que es la distancia del centro urbano, algo que perjudicó a los minoristas”, dijo el concejal Wilson Toncel.
“La solución del caso de Cartagena depende de muchos estudios previos; pero lo primordial es la reubicación de Bazurto que debe obedecer a dar solución a los mayoristas y minoristas, los primeros en una reubicación periférica y a los detallistas acercarlos al consumidor”, aconsejó el gerente de Granabastos a los concejales de la ciudad, con lo cual se mostró de acuerdo el concejal Alfredo Díaz Ramírez.