Santos, mucho más lo que ganó, que lo que perdió

Termina la semana que en materia de relaciones exteriores tenía prevista el presidente Juan Manuel Santos para el presente semestre, la VI Cumbre de las Américas y la reunión con el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama en Colombia, se puede decir que los resultados le favorecieron más que afectarle.
Entre lo que se puede decir que perdió el presidente fue en que al final no pudo lograr que estuvieran todos los presidentes, en particular el grupo del Alba. No vinieron Rafael Correa, de Ecuador, quien desde el comienzo le hizo el quite a la reunión presidencial porque no venía Cuba; Hugo Chávez, de Venezuela, quien pese a haberse comprometido a llegar unas horas antes canceló por asuntos de salud; Daniel Ortega, de Nicaragua, tal vez el más grosero de todos porque fue a último minuto que notificó que no venía.
Desde ese punto de vista perdió Santos, pero logró que sobre los aspectos que a ellos les molestaba, en particular la no presencia de Cuba en la cumbre, se abriera una discusión. Debate que según Santos y Obama se dio de manera abierta, y de acuerdo al presidente de Bolivia, Evo Morales, se discutió aunque no fue de frente a los “pueblos” como lo esperaban.
Santos permitió que el debate sobre la disputa entre el gobierno británico y argentino por la soberanía de las Islas Malvinas se abriera, pese a que se sabía iba a generar dificultades, sin embargo al final no hubo consenso y el tema murió en la Cumbre. Algunos presidentes como los de Costa Rica y Uruguay le reconocieron al mandatario colombiano su intención de abrir la discusión.
Ganó el presidente de Colombia porque logró que la Organización de Estados Americanos, OEA, inicie un estudio sobre la lucha conjunta de la región en contra del narcotráfico. También ganó porque los mandatarios americanos se comprometieron a apoyar, especialmente a México en ese tema.
En donde no quedan dudas que salió muy victorioso Santos fue en los resultados de la reunión con el presidente Obama. Logró ponerle fecha al TLC, que el 15 de mayo entrará en vigor, y de esta manera Estados Unidos no seguirán viendo a los colombianos como un riesgo latente. La confianza de ese país sobre Colombia quedó ratificada con la decisión de ampliar la vigencia de la visa a diez años y no cinco como está hasta ahora.