Como embajador ante los Estados Unidos, la agenda de Gabriel Silva estaba casi limitada a provocar las condiciones para que el TLC fuera una realidad, casi cinco años después de que terminaran las negociaciones y quedara empantanado en la política estadounidense. Silva dice que para salir de ese estancamiento fueron importantes las nuevas circunstancias económicas y políticas de ese país, tanto como la pedagogía de la administración de Álvaro Uribe y la agenda progresista del nuevo gobierno colombiano.
Sobre esas circunstancias y sobre las oportunidades comerciales que se abren para empresas nacionales de manufactura ligera, autopartes, confecciones y materiales de construcción, entre otros sectores, el embajador Silva habló con Colprensa.
¿Cómo se superó la dificultad política que tuvo al TLC más de cinco años empantanado entre el Ejecutivo y el Legislativo de ese país?
La capacidad del liderazgo demócrata y republicano para ponerse de acuerdo y tomar decisiones cruciales para la economía de los Estados Unidos. Washington se dio cuenta de que la gente estaba cansada de no tener respuestas a los problemas internos de la economía. Segundo, el respaldo de la Casa Blanca a los tratados de libre comercio y, sin duda, el liderazgo del Presidente Santos y su agenda progresista reconocida por todos los sectores del país.
¿Cuál fue el punto clave que destrabó la aprobación?
Aquí no hubo un punto específico. Como le conté anteriormente, se trata de varios factores que aprovechamos, como la situación interna, el reconocimiento de la nueva Colombia, la gestión diplomática, en fin, las estrellas se alinearon.
¿Qué les dice usted a las personas que opinan que el Tratado fue aprobado ahora, porque este es el momento en que EE.UU. sí lo necesita?
El reconocimiento por parte de Estados Unidos de la profundidad de la crisis económica y la necesidad de reintegrase al mundo de una manera más eficaz, sin duda jugaron un papel decisivo. Pero como le dije, no sólo es el contexto sino saberlo capitalizar, con trabajo duro y coordinado.
Usted estuvo en el gobierno de Álvaro Uribe y está en el de Juan Manuel Santos. ¿Es apropiado decir que la imagen en EE.UU. del gobierno pasado impidió una aprobación más rápida del tratado?
Lo que heredamos del Gobierno del presidente Uribe fue un trabajo muy sólido, una pedagogía muy profunda en Washington. Lo que hizo el Gobierno del Presidente Santos fue aprovechar las circunstancias y trabajar intensamente para que Washington se diera cuenta de las oportunidades que perdía al retrasar la aprobación del TLC con Colombia. Esto se logró, con un respaldo amplio y bipartidista, lo que valida que Colombia es un nuevo país, que el mundo reconoce.
¿Cómo cambia la perspectiva de la economía colombiana por la aprobación del TLC con Estados Unidos?
Con el TLC Colombia entra en las grandes ligas. Es una nueva era que le permitirá a nuestro país ser más competitivo. El TLC es un gana-gana en todos los sentidos: significa aumento en nuestras exportaciones; más inversión para la infraestructura, para la industria, para el desarrollo rural; más oportunidades de negocios y generación de empleo, en particular en las regiones. Es que nuestros productos tendrán acceso permanente al mercado más grande del mundo, con más de 300 millones de consumidores. Esto garantiza certidumbre a los exportadores colombianos y refleja la confianza del mundo en Colombia.
Los críticos del Tratado dicen que hay sectores de nuestra economía que no están preparados para aprovecharlo, ¿cómo se puede superar esa dificultad?
Todos los cambios generan incertidumbre. Son comprensibles las preocupaciones de algunos sectores, pero como han dicho el presidente Santos y el Ministro de Comercio, existe el pleno respaldo del Gobierno para que esa adaptación y esa transformación productiva ocurran con calma y sin traumatismos.
¿Qué mercados nuevos se abrirán en EE.UU. para productos colombianos con este acuerdo?
Colombia obtuvo muy buenas y muy grandes ventajas. Por ejemplo, para el campo colombiano hay grandes oportunidades en materia de biocombustibles, como el etanol y derivados de la palma, al igual que en cultivos transitorios, frutas tropicales y hortalizas. También se abren oportunidades en manufactura ligera, autopartes, confecciones, materiales de construcción, en fin. Mire, el TLC abre la posibilidad para que los colombianos presten servicios en los Estados Unidos y esto ofrece gran potencial para sectores como la industria gráfica, el software y la tercerización de los procesos de negocios. Eso es muy bueno, usted sabe que la mano de obra de los colombianos es de las mejores en del mundo. Además, recuperamos el ATPA, que significa ventajas y preferencias de aplicación inmediata para todos los exportadores colombianos.
¿Qué tipo de productos de los que hoy exportamos tendrán ahora un mercado menos abierto, a consecuencia del Tratado?
Ninguno. Un tratado de libre comercio lo que hace es lo contrario, abrir mercados y facilitar el comercio. Aquí lo que habrá es aumento en las exportaciones de los productos de todas las regiones de nuestro país, porque las condiciones de acceso son mejores para todos los bienes y servicios colombianos. Además, los consumidores serán uno de los grupos más beneficiados con este tratado, en todos los segmentos tendrán mayores opciones en términos de calidad y precio, con lo cual se incrementará el poder adquisitivo de los colombianos. El TLC es una revolución social y productiva de inmensas proporciones.
Qué estimación hacen en la Embajada sobre el flujo migratorio de colombianos hacia EE.UU.? ¿El Tratado incentivará más esos viajes o los desestimulará?
En la medida en que aumentan las oportunidades de comercio entre nuestros países, esperamos un mayor flujo tanto de colombianos haciendo negocios en Estados Unidos, como de americanos invirtiendo en nuestro país.
Sobre la posibilidad de encontrar empleo en EE.UU., ¿qué les dice usted, como embajador, a los colombianos que tienen familiares allá o piensan buscar futuro en ese país?
Con el TLC aumentarán las oportunidades de negocios y de inversión en nuestro país, que está creciendo al 5 por ciento anual. Esto es bueno, porque se crean oportunidades de empleo en Colombia. Yo les diría que más bien se queden en nuestro país y aprovechen los beneficios del TLC para crear empresa y ser protagonistas de la construcción de un país que cada día tiene más que ofrecer y que por fin va a dejar atrás un pasado tormentoso.
Política
“Con el TLC, Colombia entra en las grandes ligas” :Silva
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