Para los miembros del Concejo Distrital, a la empresa Aguas de Cartagena, ejecutora del proyecto del Emisario Submarino, se le están acabando las respuestas.
Así lo considera el concejal Jorge Cárcamo, luego del tercer capítulo del debate de control político que sigue la corporación, para establecer las responsabilidades por el siniestro ocurrido con la tubería del proyecto en diciembre del año pasado.
Y es que para Jorge Cárcamo, entre otros concejales, los problemas se inician con la modificación que se le hizo al contrato original, cuando cambiaron las condiciones de pago del mismo, que inicialmente estaban establecidas con un anticipo que no debía exceder el 30% y un pago final una vez terminaran las obras y se enmendara cualquier posible defecto.
“Al cambiar el contrato para realizar pagos por avance de obra, nos llevan a la triste realidad que hoy tenemos, que es que hemos pagado una obra en casi un 85% y no la tenemos construida”, explica Cárcamo, a la vez que sostuvo que pareciera que se hubiera acomodado todo a solicitud del contratista.
Además, señalaron en la corporación, que no se explican como no hubo “malicia” para analizar una propuesta por $57 mil millones, teniendo en cuenta que las demás superaban los cien mil millones de pesos.
Antonio Quinto Guerra, presidente de la corporación, afirmó que para el Concejo la contratación se hizo de manera directa, no hubo licitación pública y las pólizas no garantizaban el servicio prestado por el contratista.
A juicio de los concejales, hubo improvisación, falta de diligencia y de previsión por parte de Aguas de Cartagena, ya que consideran que si la empresa hubiera actuado como buen ejecutor del proyecto, nada de esto hubiera pasado.
“Fíjense que contradicción, hoy la tubería no es nuestra y ya la hemos pagado en un 100%”, sostiene el concejal Cárcamo.
Será el Distrito
Agrega el Concejal que aunque existe un acuerdo de indemnidad de Aguas de Cartagena liberando al Distrito de algún tipo de responsabilidad económica, Acuacar no tiene establecida la fuente de financiación, porque el mayor soporte es poder obtener recursos a nivel nacional, dice Cárcamo, pero eso es una contingencia, no están asegurados, no hacen parte del presupuesto.
“Yo creo que finalmente será el Distrito quien tendrá que resolver este drama difícil sin perjuicio de las investigaciones que se hagan, porque quienes no pueden resultar responsables directos de esta situación son los cartageneros, quienes se van a ver condenados después de 15 años, con una inversión mayor a los 700 mil millones de pesos, de seguir contaminando los cuerpos de agua.
“No hay que olvidar que esto no solo era un proyecto de construcción de acueducto y alcantarillado sino un proyecto de gestión ambiental”, puntualiza Jorge Cárcamo.
No fue modificado
Sobre el contrato, el gerente de Aguas de Cartagena, Francisco Pérez Tena, dice que este no fue modificado y que lo único que hubo fue un cambio en la modalidad de pago, haciendo que no se pagara el anticipo sino por avances de obra.
“Ya hemos demostrado que desde el punto de vista económico para el proyecto era mejor hacerlo sin el anticipo”, explica el Gerente, y agrega que de no haberse hecho, tendrían 3 mil millones de pesos menos en caja.
Al respecto, el concejal Cárcamo sostiene que esto es un sofisma porque cuando se hacen los contratos de obras públicas se da un anticipo, el resto de los recursos, el 50 o 60% restante se paga al finalizar la obra y recibirse a satisfacción. El colmo que entregaran un anticipo del 40% y continuaran pagando por actas parciales, ahí está el sofisma que ellos tratan de explicar para la modificación del contrato.
Sigue hoy
Hoy los concejales tendrán la oportunidad de participar y expresar sus opiniones al respecto. Sin embargo, consideran que aún hay preguntas que no han sido resueltas por Aguas de Cartagena.
Para el concejal William Amín, la empresa Aguas de Cartagena no ha entregado la información completa.
“A medida que hacen sus respectivas exposiciones tanto el Gerente como sus asesores jurídicos, encontramos contradicciones”, puntualiza William Amín.
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