Que la venta informal, restaurantes y bares usen el espacio público para trabajar no es un secreto en Cartagena. Pero, ¿y si en lugar de buscar desalojarlos se les cobrara por su uso? Esa es una idea que ronda en el Distrito para controlar el Centro Histórico. (Lea: Distrito contempla arrendar parques y zonas peatonales a comerciantes).
Hablamos con expertos en el tema y les preguntamos qué tan conveniente resulta para la ciudad poner en marcha esta iniciativa; también consultamos a los vendedores informales para saber si están de acuerdo o no con este proyecto.
Carlos Díaz Acevedo, experto en temas de ciudad y desarrollo, y docente de la Universidad de Cartagena, señala que esta propuesta -que el Distrito presentaría ante el Concejo en unos dos meses y medio- es viable en la medida en que se definan reglas claras. Y que a su vez estas no estén sujetas al gobierno de turno, para que el proyecto no termine siendo una descarada formalización de la invasión del espacio público.
"El gran punto en contra es que se desborden los espacios públicos con tantos vendedores, y que lo planteado en términos de uso colectivo y aprovechamiento económico termine siendo llenado por una gran cantidad de negocios", indicó Díaz.
No obstante, manifiesta que este proyecto bien estructurado sería una buena alternativa para esta población que vive del 'rebusque'. "El gran punto a favor es que esto merece una salida práctica en medio de unas condiciones de precariedad de la mayoría de la población cartagenera. Merece propuestas muy concretas, pero que deben ser socializadas y discutidas para que muchas más personas accedan a este tipo de oportunidades. Esta es una propuesta que ya se ha venido planteando, como es el caso de las vendedoras de frito de Castillogrande", precisó.
No todo son aplausos. Para Santiago Burgos Bolaños, también experto en temas de ciudad y profesor de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, la iniciativa de la Gerencia de Espacio Público genera desconfianza porque las decisiones relacionadas con este tema siempre han sido impuestas y los vendedores informales nunca han sido vistos como sujetos de derecho.
"No hay en la historia reciente de la ciudad elementos de juicio que generen confianza con respecto a esto, porque toda la vida se ha perseguido a la gente, se le ha expulsado de los espacios. No hay una política integradora, general y estructural de la ordenación del espacio público y la construcción del espacio común. Se hace un ordenamiento casi fascista del Centro Histórico, y a los vendedores siempre se les ha visto como una infraclase, como un problema que hay que solucionar", enfatizó.
El experto hace un llamado a vigilar todo el proceso, para que “no termine siendo una estrategia para vincular por el cuarto trasero a los comerciantes informales para legitimar la medida de dar en arriendo las mejores plazas y los mejores escenarios, como está ocurriendo ahora, que todas las plazas del centro están siendo ordenadas en beneficio de la economía formal, ejecutiva y de restaurantes".
Pero para Mónica Fadul, directora Ejecutiva de la Federación Nacional de Comerciantes en Bolívar, darles en arriendo los parques, plazas y zonas peatonales a los vendedores informales de la ciudad no es una idea tan desacertada y absurda, pues tendría efectos favorables, como la formalización empresarial.
"Esa reglamentación apenas ha iniciado para algunos sectores y sin duda debe avanzarse, pues sabemos que al otorgarse licencias temporales de uso, se producen efectos favorables, como la formalización empresarial, la defensa del espacio contra usos indebidos y mejora del entorno. Hay que precisar que este uso debe ser excepcional, para determinadas clases de ventas y que al tiempo el Distrito debe continuar trabajando en una política de inclusión y formalización, así como en un eficiente ejercicio del control para evitar nuevas ocupaciones", anotó la funcionaria.
LO QUE OPINAN ELLOS
Los vendedores no se ponen de acuerdo. Aunque para algunos informales la propuesta suena tentadora y esperanzadora para mejorar su calidad de vida y la de sus familias, para otros la medida no es "la gallina de los huevos de oro", pues no todas las actividades económicas son rentables en los espacios que el Distrito propone entregar licencias para el aprovechamiento económico.
Para Raimundo Ruiz Vega -70 años, vendedor de raspao desde hace 25 años en las plazas del Centro y de Getsemaní- el proyecto no conviene a todos los que se ganan la vida en las calles ejerciendo la venta.
"No estoy de acuerdo porque las ventas han desmejorado mucho, están muy bajitas. A veces solo me voy con 30.000 o 50.000 mil pesos para la casa, así que no sería muy rentable. El raspao era uno de los productos que más se vendían, pero ha bajado mucho, por eso no me parece que nos convendría a todos", expresó con preocupación.
De otro lado, Meslott Julio Tamara, vendedor de limonadas frente al Parque del Centenario, opina que esta sería una oportunidad para que la ciudadanía los empiece a mirar de una manera distinta y el asentamiento en el espacio ya no sea ilegal.
"Esto sería una medida excelente porque ya no tendríamos que estar corriendo con que viene el espacio público o la Policía, pues ya vamos a estar legal en el sitio, y además la gente nos vería con otra cara, ya no la del vendedor ambulante sino como un negociante", apuntó el comerciante.
En el mismo sentido opina, Faisudy Fontalvo Cabarcas, librera que hace parte de los 29 vendedores de textos escolares que fueron reubicados hace 10 años en el Centenario y que también tendrían que pagar un dinero por usar el lugar. Ella no se opone a la medida, pero pide que se les dé un trato especial.
"A nosotros no nos pueden tratar con la misma ley, éramos 59, pero 29 no aceptamos el dinero porque queríamos nuestros negocios. Los demás sí recibieron reconvención económica. Estamos de acuerdo en pagar alquiler, pero una cuota baja y no por metro cuadrado, por eso exigimos un trato especial, porque estamos en condiciones distintas. Además las ventas se mueven por temporada y la época escolar son los primeros tres meses del año", recalcó.
Los lectores de El Universal también opinaron. El 18% (145 votos) respondió que sí y el 82% (680 votos) dijo que no, a la pregunta de si está de acuerdo con que se cobre por usar el espacio público. Votaron 825 usuarios.
¿CÓMO VA EL PROYECTO?
En reiteradas oportunidades tratamos de contactarnos con la gerente de Espacio Público, Carolina Lenes, para conocer los avances del proyecto, pero después de concretada una entrevista la funcionaria se negó a hablar del tema.
Sin embargo, conocimos que aún no se ha empezado a realizar el censo que habría que hacer para establecer el número de vendedores informales que tiene Cartagena. Mientras tanto, los arquitectos de Espacio Público trabajan en el informe de cuántos parques hay en la ciudad y cuál es su estado.
Así mismo, la primera dama, Viviana Sánchez, gestiona con el sector privado la adopción de más parques.
Expertos consideran que antes de julio de este año -fecha en la que el proyecto sería presentado ante el Concejo- el Distrito deberá tener las cartas sobre la mesa y el juego bien claro, pues el tema requiere de un debate amplio, no sólo donde participe la Alcaldía sino los actores sociales de esta iniciativa.
Entre tanto, algunos temas se quedan en el aire. Se deberá, por ejemplo, revisar minuciosa y detenidamente el tema sanitario y de contaminación -en especial con los productos alimenticios- en los únicos espacios de recreación que tienen los niños, para que esto no se convierta en un gigante incontrolable.
La prioridad con este proyecto debe ser que los parques, plazas y zonas peatonales se mantengan en perfecto estado y no que la Administración Distrital para arreglarlos tenga que sacar del bolsillo mucho más dinero del que se ha pagado a vendedores informales para recuperar el espacio público, que muchas veces ha vuelto a ser ‘invadido’.
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