Preocupación, dudas e hipótesis, ha despertado en los cartageneros un tubo que sale del lote en donde se construye la Plaza La Serrezuela hasta la laguna de El Cabrero.
Con el fin de aclarar cualquier especulación, Aaron Cohen, gerente General del proyecto La Serrezuela, informó a este medio que el tubo se usa para expulsar aguas acumuladas en el subsuelo, resaltando que cumple con todos los permisos e indicaciones ambientales, y no reviste peligro para las murallas.
“El tubo conduce el sistema de aguas del dewatering, una de las técnicas de ingeniería más innovadoras del mundo, que permitirá hacer una exploración segura, tanto para los habitantes como para el patrimonio, y que se implementa, entre otros, en centros históricos de la costa mediterránea española, que justamente cuentan con la misma composición de tierras arenosas saturadas que Cartagena”.
Ese proceso lo desarrolla la firma FERRE de España, que ha implementado la técnica del dewatering en proyectos tan complejos como la ampliación del Canal de Panamá; mientras que el diseño del desagüe lo hizo la firma Plinco, según requerimientos del sistema de dewatering.
Cohen destacó que el tubo, de 14 pulgadas y reforzado en PVC, “cuenta con todos los permisos y las indicaciones ambientales del Establecimiento Público Ambiental (EPA), y de hecho, fue un requisito indispensable exigido por la entidad, para no quitarle capacidad a los sistemas de drenaje de aguas lluvias de la ciudad”.
“El agua que se bombea y que se vierte en la laguna -señaló Cohen- es agua de nivel freático, que por el sistema implementado sale 100% filtrada, sin ningún tipo de arrastres de suelo. El EPA exige un monitoreo constante del agua y revisa periódicamente su calidad”.
A entidades como la Secretaría de Planeación, el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC) y la Escuela Taller Cartagena de Indias (ETCAR), se han solicitado permisos, según lo requiere cada etapa de la obra, y se les mantiene informadas de cada paso.
NO TOCA LAS MURALLAS
El Gerente General de La Serrezuela manifestó que para garantizar la seguridad de las murallas, la estructura que sostiene el tubo no permite que las toque. “Es una instalación temporal que no generará ningún daño al ser retirada”.
El tubo permanecerá instalado hasta el primer trimestre de 2017, fecha en la que se prevé finalice el bombeo de agua.
El Universal intentó contactar a la ETCAR, delegada por el Ministerio de Cultura para la administración de las fortificaciones de la ciudad, para conocer cómo está haciendo seguimiento a esta obra, y no fue posible.
IPCC HACE INSPECCIONES
Alfonso Cabrera Cruz, jefe de la División de Patrimonio del IPCC, manifestó que “el Instituto hace inspecciones a las obras de La Serrezuela. Tenemos ordenado ir periódicamente, en promedio cada 15 días, para conocer cómo evoluciona la excavación y si afecta o no al patrimonio. Esta semana nos toca visitarlas”.
Recordemos que una vez culmine esta fase, se procederá a levantar el nuevo centro cultural, comercial y de entretenimiento.
“La parte patrimonial como tal inicia cuando termine esa excavación y comiencen a levantar la plaza (...) En ese momento nos ocuparemos de que el proyecto se cumpla tal como fue aprobado, mientras estamos haciendo seguimiento”, sostuvo Cabrera.
CON FORO
Antes del inicio de obra, La Serrezuela organizó un foro en conjunto con la Universidad de Cartagena, en donde el ingeniero español Alejandro Ferrer Granell, experto en Ingeniería Hidráulica y Medio Ambiente y socio de la compañía Perforaciones e Instalaciones FERRER, profundizó en la técnica del dewatering, que responde al procedimiento estructurado que permite determinar cuál es el sistema idóneo y eficiente para acometer un control temporal de aguas, que resulte en la ejecución de una obra en condiciones seguras.
Desde el inicio de las obras, los directivos de La Serrezuela informaron que utilizarían técnicas de ingeniería innovadoras que permitieran construir de forma segura, para garantizar el cuidado del Centro Histórico y sus habitantes.
LA RENOVADA SERREZUELA
El nuevo centro cultural, comercial y de entretenimiento contará con bares, restaurantes y locales de marcas de lujo de Estados Unidos y Europa.
Más de 200 mil millones de pesos fueron invertidos en este proyecto, cuya idea es mantener la estructura original de la vieja plaza de toros.
Con la estructura reconstruida, se dispondrá de 2.900 metros cuadrados para eventos culturales y de entretenimiento, con un aforo para 1.900 espectadores, 9.000 metros cuadrados para locales comerciales y una zona de comida, y 2.300 metros cuadrados de terrazas.
La zona comercial tendrá una superficie de 9.840 metros cuadrados, que se convertirían en 100 locales comerciales.
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