Se ha suscitado una polémica en las redes sociales, especialmente por correos electrónicos, en torno de la conveniencia o no de que siga existiendo el manglar del caño paralelo a la Avenida del Lago, el cual delimita a Manga y tiene influencia ambiental directa sobre este barrio (Lea: Jornada de limpieza externa del manglar en Manga).
Desde el lunes de esta semana el tema está barajado sobre la mesa y son concluyentes las apreciaciones expuestas por los visitantes de las redes, todos residentes en la mencionada isla.
El debate fue abierto por Julio Romero Alandete, quien en referencia a los beneficios o no de los manglares de los caños y lagunas que circundan a Manga, considera que “hoy son un centro de inmundicia, letrinas públicas, relleno sanitario, guarida de bandidos, oportunidad para invasores y otras cosas”.
“Creo que ya no procede la educación ciudadana como muchos lo proponen; sabemos de la incapacidad de las autoridades distritales para evitar esta situación, ya sea por falta de recursos o de voluntad política”, añade el ciudadano, quien además es miembro de Asomanga.
Del mismo criterio es Adrián Serrano, para quien “el manglar en el perímetro urbano es sinónimo de insalubridad e inseguridad, no aporta nada y por el contrario es un atraso para la ciudad por todos los problemas que genera, y además distrae la inversión del Distrito”.
Presagia que la propuesta en discusión va a chocar con el ambientalista Rafael Vergara Navarro, y estima que el tan anunciado proyecto vial de la Quinta Avenida que posee componentes de desarrollo social sostenible es simplemente “un espejismo” (Lea: Ministerio de Ambiente promueve talleres para el cuidado de manglares).
TERRENOS DE LA LEGALIDAD
Le preguntan a David Fonseca, asesor jurídico del EPA, por los instrumentos legales que se podrían usar para recuperar los bajos del Puente Jiménez y el Callejón Dandy, “donde reina la podredumbre”, a lo cual el consultado manifiesta estar “en desacuerdo con lo planteado, se debe hacer uso de los instrumentos legales para lograr la limpieza y el desalojo de terceros” (Lea: Docentes se capacitan en temas de manglares).
Serrano entonces expresa que “el comparendo ambiental solo existe en papeles, y tendríamos que apostar unos batallones de personas a lo largo de los caños para aplicar la norma. Solución diferente a la propuesta de quitarlos (los manglares) y reforestar no la veo a corto ni a largo plazo”.
“La verdad es que no creo que las especies acuáticas que sobreviven usualmente al amparo de los mangles existan en este caño, y si existen, están contaminadas por las aguas residuales y las basuras que le arrojan”, agregó por su parte Hernán Fonseca Garrido, observando que la influencia del manglar en el aspecto climático sería “otro aspecto interesante. Escuchemos entonces a los ambientalistas Ubaldo Elles y Rafael Vergara, entre otros”.
QUE SIGA EL DEBATE
“Entre la Laguna de San Lázaro y el Caño de Bazurto solo ha habido rellenos que duplican y hasta triplican o más, los lotes colindantes con estos cuerpos de agua. Eliminar los manglares y reforestar esas mismas áreas con otras especies que propicien un entorno ambiental que permita su limpieza permanente, es lo que creo debiera ser”, insiste Julio Romero, aclarando en cambio la necesidad de que “protejamos sí el manglar de la Ciénaga de La Virgen, porque ese sí es un verdadero pulmón, con ecosistema en vía de extinción, pero evitemos que se sigan robando con rellenos los cuerpos de agua de Manga” (Lea: Hacen cambuches en los manglares).
Invita a continuar el debate “sin pasiones de ambientalistas, con lógica, con el derecho constitucional que tenemos al disfrute de un ambiente sano y limpio, para sacar conclusiones y proponer soluciones”.
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