La semana pasada, en reunión abierta para los residentes de Bocagrande y dirigida por el sacerdote Ariel Lascarro, se conoció el proyecto de un nuevo templo para la Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de Bocagrande (Lea: Educación con amor se abre paso en barrios con International School).
A la reunión asistieron los arquitectos Angelina Vélez y Mateo Santander, quienes además de ser especialistas en restauración de templos, voluntariamente diseñaron un anteproyecto de cómo quedaría la nueva sede de la Iglesia.
Luego de exponer los detalles de la propuesta arquitectónica durante un debate participativo, fue cuestionado el diseño para el nuevo templo.
Al final no hubo conclusiones sobre este novedoso proyecto, pues la reunión fue una iniciativa para cumplir con el propósito de proponer una nueva imagen para la Iglesia de Bocagrande (Lea: Imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá llegó a la iglesia de Bocagrande).
PRECEDENTES
Hace 35 años, con la aprobación del arzobispo de la época, la firma de arquitectos Los Reyes, propuso hacer una nueva capilla y dos torres de apartamentos.
Este proyecto no prosperó porque los residentes de Bocagrande se opusieron, argumentando que este terreno fue donado exclusivamente para la Iglesia.
Tal precedente influyó en quienes asistieron a la reunión del jueves pasado, y por eso llegaron prevenidos y ‘armados’, a escuchar sobre un nuevo proyecto de reconstrucción (Lea: Ayuda a damnificados en Parroquia de Bocagrande).
En esta ocasión se contempló hacer un habitacional con el único fin de financiar las obras de lo que sería el nuevo templo, pero una vez ventilado el histórico antecedente, decidieron eliminarlo del diseño.
UN NUEVO PROYECTO
El padre Ariel Lascarro recurrió a los arquitectos Angelina Vélez y Mateo Santander porque la iglesia actual necesita reparaciones a su infraestructura.
En la revisión hecha para determinar qué arreglos necesitaba, se percataron de que el deterioro era general, y es entonces cuando resurge la idea de construir un nuevo templo.
Así, con la aprobación del Consejo Económico de la Parroquia, integrado por vecinos de Bocagrande, comenzó a pensarse en este proyecto.
El diseño contempla un auditorio de dos pisos tipo coliseo para 1.360 personas, una zona de parqueo, salones de velación o para cualquier otro acto religioso, y una torre de 50 metros con un mirador hacía la bahía, de ocho metros de ancho.
Los arquitectos hicieron un estudio de suelo y del entorno antes de realizar los diseños que presentaron.
REACCIONES
La posibilidad de levantar un nuevo templo desató críticas y objeciones entre los residentes de Bocagrande y Castillogrande que asistieron a la reunión convocada por el padre Ariel Lascarro.
Algunos estuvieron de acuerdo con el proyecto y lo calificaron de ambicioso y futurista, en armonía con crecimiento urbanístico de esta zona de la ciudad.
Otros consideran que no es necesario una inversión tan alta para construir una nueva iglesia.
Se lanzó la idea de abrir una convocatoria para que otros arquitectos de la ciudad hicieran propuestas para este proyecto.
Lo más criticado fue la espiral que sobresale del templo, por sus 50 metros de altura, pues algunos creen que le obstruiría la visual hacia la bahía a quienes viven en los edificios ubicados detrás de la Iglesia. Un destacado número residentes aplaudió el trabajo realizado por estos dos arquitectos y coincidieron en que el proyecto es atractivo, pero necesita ajustes para que sea viable en su totalidad.
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