No en vano pasaron varios años luego de las gestiones judiciales emprendidas por Aguas de Cartagena S.A. E.S.P., y se lograra que la empresa inglesa Halcrow Group Limited cancelara más de $20 mil millones de pesos, como parte de la condena económica contenida en el laudo arbitral proferido por el Tribunal de Arbitramento del Distrito, el 9 de junio de 2014, por el cual se le declaró civilmente responsable, debido al incumplimiento de sus obligaciones como interventora en el marco de la construcción del Emisario Submarino de Cartagena.
Así mismo, en su momento se acordó que Aguas de Cartagena dispondría transitoriamente de recursos adicionales cercanos a los $50 mil millones, para poder restituir todo el Emisario Submarino y ponerlo en operación, mientras se cumplían los procesos emprendidos contra el Consorcio EDT Marine Construction Limited y Halcrow Group Limited, con la condición de ser restituidos de aquellos montos recuperados por las reclamaciones legales.
El Banco Mundial adjudicó el contrato unilateralmente al contratista chipriota EDT Marine, con la interventoría de Halcrow Group, y no a Aguas de Cartagena, pues según el contratante, esta no tendría la capacidad técnica.
Un grave incidente ocurrió el 2 de diciembre de 2010, cuando la empresa inglesa debía supervisar el traslado de la tubería del Emisario Submarino, pero este se hundió luego de que se cambiara la ruta inicial para transportarlo desde Bahía Honda, en la bahía de Cartagena, hasta Punta Canoas, haciéndose por aguas profundas y no llanas.
Sin embargo, hubo un abandono de la obra por parte del constructor, EDT Marine, por ello el Distrito de Cartagena y Aguas de Cartagena tomaron las medidas necesarias para salvar una parte de la tubería; continuar con el proyecto hasta culminarlo; y agotar las instancias legales contra los responsables del desastre.
El traslado hasta Punta Canoas había sido aplazado en varias ocasiones por el mal tiempo y las corrientes marinas, por lo que a los remolcadores se les hacía difícil el transporte, sin embargo, en la madrugada del 2 de diciembre de 2010, luego de que se cambiara la ruta de transporte dada la falta de fuerza del remolcador contratado y su inhabilidad para controlar la dirección del remolque, y a raíz del fuerte oleaje, un tramo se hundió.
La Capitanía de Puerto de Cartagena confirmó en su momento a El Universal que la tripulación de un buque, de nombre Calapula, avistó en el mar una tubería de dos metros de diámetro y unos 300 metros de longitud flotando, la que fue la parte fragmentada del Emisario de Cartagena.
El hecho fue puesto en conocimiento de las directivas de Aguas de Cartagena y el Distrito, y tomaran las medidas del caso.
Tras el hallazgo, se alertó a las autoridades marítimas de Panamá, a cuya costa fue a dar la tubería, que además estuvo a la deriva en aguas internacionales, representando un gran riesgo para los buques que transitaban por esa zona.
El Emisario
El Emisario es un sistema que dispone de las aguas domésticas servidas luego de pasar por una planta de pretratamiento que remueve la mayor parte de los sólidos flotantes, grasa, aceite, arena, grava (piedras), entre otros.
Las aguas residuales de la ciudad llegan a la Estación de Bombeo Paraíso y de allí es conducida mediante una tubería terrestre de 19,35 kilómetros de longitud, a la planta de pretratamiento en el corregimiento de Punta Canoas.
Antes de que entrara en operación el Emisario Submarino, 78 % de las aguas servidas caían a la Ciénaga de La Virgen y el 22 % restante, en el sitio conocido como “Cuatro Calles”, en la Bahía de Cartagena.
Me alegra que la ciudad de Cartagena pueda recuperar a través de una demanda, eso sí, algunos de los dineros que se gastaron para solventar el incidente del Emisario. De ese modo, Cartagena dispondrá esos dineros para resarcirse de los costos que en su momento hubo”.
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