Las reinas ante empleados del Hilton Cartagena

Las reinas no parecen tenerle miedo a nada cuando desfilan ante una multitud,  ellas solas parecen sobrellevar el mundo en la planta de sus pies, bajo los reflectores.“No le tengo miedo a nada”, dice la candidata Cindy Lane May Escalona, la representante de San Andrés, la más alta de las veintiséis candidatas al Reinado Nacional de Belleza.
“Me siento segura de mis ancestros afrodescendientes, de mi gente y mi cultura, y de lo que soy y lo que tengo”, dijo con seguridad la beldad de ébano, para quien participar en Cartagena es traer un poco del mar, la belleza aún desconocida del paisaje y la cultura de un lugar entrañable del país.
“Allá llegaron los ingleses a dominar esas tierras, y hoy somos una cultura de afrodescendientes en el mar de los siete colores”.
“Soy la reina de la casa porque en mi familia no hay tradición de reinas”, dijo por su parte, Melina Ramírez Serna, representante del Valle, al participar anoche en el desfile  en el Hotel Hilton, ante los huéspedes y empleados de esa cadena hotelera.
“El único miedo que he tenido es que en mi casa no hay reinas sino industriales”, dice Melina, una de las más aplaudidas en el desfile de anoche, por su elegancia, estatura y simpatía.
“Soy elegante por naturaleza”, confiesa  Melissa Carolina Varón Ballesteros, la candidata del Magdalena, de una belleza exótica y sensual, y una de las que mejor desenvolvimiento tuvo en la pasarela.
Junto a ella, la estampa impactante de San Andrés, una reina que camina a ritmo de calipso, y la reina del Valle, una de las beldades que impactaron al público por su esplendor integral, de pies a cabeza.
Jennifer Martínez Martínez, candidata de Cauca, y Lizeth  Mendieta Villanueva, de Caquetá, sorprendieron por su estatura y su belleza.
La candidata de Cartagena, Laura Cantillo Torres, con gran dominio de la pasarela y la expresión ante el público, junto a  la candidata de Bolívar, Rossana Fortich González, fueron aplaudidas por su simpatía y su alegría contagiosa  de anfitrionas.
En este encuentro de las reinas con los familiares de los  empleados del Hilton, el público emocional pudo descubrir que las candidatas de este año son mujeres delgadas y altas, prevalecen las mujeres trigueñas, de cabello castaño y rubio, ojos claros y almendrados,  muchas curvas y poco derriere, a excepción de Valentina Muñoz Escobar, de Caldas. La mayoría son estudiantes de carreras tecnológicas, administración, comunicación social, etc, todas son bilingües, la más joven tiene 18 años y la mayor tiene 25 años.
Vistas de cerca, juntas, las veintiséis candidatas son un mapa de cercanías más que de diferencias de lo que es el mestizaje colombiano. Las únicas negras del reinado son Chocó y San Andrés. El resto, es mestizaje europeo y americano. El esplendor indígena no está por ninguna parte en este Bicentenario de la Independencia, a excepción de la belleza de Vanessa Carolina Choles Vidal, de la Guajira. Pero sí las influencias árabes como la candidata de Sucre, Helena Sofía Fadul Bolaños.
Cada una de ellas traza un mapa de color, movimiento, sentimiento y picardía de la nación colombiana.
Debajo del brillo de la noche y la luz de las lentejuelas, hay un movimiento que  ellas han aprendido en arduas jornadas ante el espejo. Todas parecen seguras de sí mismas, aunque tengan miedo de no ganar.