Los desfiles de alta costura cumplen su misión, la de hacer soñar

La Alta Costura ha tomado posesión de París cumpliendo una de sus misiones: hacer soñar, como lo hizo Dior creando un jardín de mujeres-flores en el primer día de desfiles y lo volvió a hacer este martes Armani, Givenchy y Chanel, desplegando lujo, magia y voluptuosidad. El modista Karl Lagerfeld, director artístico de Chanel, presentó el martes por la noche una colección centrada en suntuosos vestidos cortos, cubiertos con una pequeña chaqueta o bolero, en un desfile que se celebró al pie de un inmenso león dorado que se erguía bajo la cúpula de vidrio del Grand Palais. El diseñador explicó que el gigantesco león era una reproducción de un pequeño bronce en el apartamento de la fundadora de la casa, “Coco” Chanel. “Ni un tan solo vestido largo, ni un vestido negro. Para Chanel, esto es bastante nuevo”, declaró Lagerfeld tras el desfile donde los trajes de noche echaban destellos, sugiriendo veladas nocturnas mágicas. Antes de Chanel, Stephane Rolland presentó el martes en el Teatro de Chaillot un deslumbrante desfile con toques espaciales y marinos, que concluyó con un traje de novia de corte moderno, cuya kilométrica cola en pesado raso blanco recordó bodas palaciegas. “La Alta Costura evoca la perfección”, dijo el modista, que creó conjuntos asimétricos en sedas y muselinas, sobre leggings bordados en pedredría, acompañados de capas y túnicas flotantes, para una silueta sofisticada, etérea. “Un vestido de Alta Costura es único, despierta emociones, hace soñar”, recalcó a la AFP el diseñador Franck Sorbier, miembro “oficial” del cerrado grupo que presentará su colección el miércoles en Sotheby's. “Cada propuesta de la Alta Costura es única, desprende una poesía y una magia únicas”, agregó. Si la Alta Costura debe hacer vibrar con su elegancia única, la casa italiana Giorgio Armani lo logró, al presentar el martes 43 modelos para el próximo otoño e invierno de su línea Armani Privé, donde primó la discreción y la elegancia urbana, declinada en tonos ámbar, gris, tabaco, blanco. Abrigos de cachemira se codearon con vestidos de cóctel en tejidos suaves, que parecían acariciar el cuerpo, y con suntuosos trajes de baile, en satén y sedas, que convertirán a la mujer Armani en sirena, en sus salidas de noche. “Un vestido de Alta Costura interpela los cinco sentidos, incluso el sonido, con el ruido de la tela”, indicó Béatrice Ferrant, que con su cómplice, Mario Lefranc, creó la casa Lefranc Ferrant, que fue invitada a desfilar por la Cámara de Alta Costura, que establece la estricta jerarquía y las reglas drael conianas de este cerrado grupo. Lefranc Ferrant presentó el martes en el Palacio de Tokio una colección inspirada en las obras de arte y en la arquitectura de los puentes, cuya estructura intentaron evocar en la elegante armadura de las prendas, de corte impecable. “Para esta colección nos han inspirado los puentes, y algunos grandes arquitectos”, explicó Béatrice Ferrant tras el desfile. “Es eso que hemos intentado reproducir en los drapeados, en los cortes”, agregó, subrayando que la Alta Costura requiere una reflexión, una búsqueda constante. “Lo que hacemos es un nuevo prêt-a-porter, que aún no tiene nombre. Es Alta Costura en la búsqueda, en los volúmenes, en el corte, en la búsqueda de los tejidos”, dijo Béatrice Ferrant. Givenchy, uno de los miembros oficiales de la Cámara Sindical de la Alta Costura, ha dicho adiós a las pasarelas, optando por presentar su colección en un salón privado de la plaza Vendôme. Propuso diez trajes en blanco, y en rosa y oro. Uno de los vestidos dorados necesitó 1.200 horas de trabajo manual, mientras que otro, que mezcló cadens en oro a encaje, sobre un conjunto en tul, con un corset en satín de seda, movilizó a 40 personas durante dos semanas.. Los desfiles de Alta Costura, que arrancaron el lunes, siguen el miércoles, con las colecciones para el otoño invierno 2010 de Jean Paul Gauthier, Sorbier y Valentino, entre otros. El jueves, la Alta Costura acogerá presentaciones de lo que denomina “alta joyería” - hecha a medida por joyeros reconocidos-, un sector que ha sido también golpeado por la crisis pero que espera recuperarse gracias a las fortunas de países emergentes, como China.