Con un pronóstico médico reservado, Hugo Alandete Gómez regresó a su casa el pasado 23 de diciembre, tras casi un mes de hospitalización.
Familiares y admiradores del cantautor cartagenero estuvieron en vilo desde principios de diciembre debido al delicado estado de salud en el que se encontraba Hugo “Sabor”, víctima de una neumonía severa que incidió en el funcionamiento de sus órganos vitales, especialmente en el de su corazón.
Alandete, a quien hace 14 años le practicaron cuatro “bypass” (derivación alrededor de una sección obstruida o dañada de la arteria que permite mejorar el flujo sanguíneo al corazón), para mejorar el funcionamiento de su corazón, afrontó con fortaleza esta nueva prueba en la que fue sometido a innumerables estudios médicos que pudieran garantizar su recuperación.
A la Unidad de Cuidados Intensivos Cardiovasculares, donde el artista fue recluido, llegaban sus hijos, nietos y colegas de la música para darle ánimo, pero esto no era suficiente para el maestro, él no veía la hora de estar en casa.
Después de una junta médica el fin de semana antes de la celebración de la Navidad, los especialistas que llevaban su caso, determinaron que Hugo no solo necesitaba los cuidados y medicamentos que le estaban suministrando, sino el calor de su hogar.
Fue así que le dieron de alta. Desde el momento en el que el autor de temas como “Yo quiero cantar”, “Mi tierra”, “La Espina” y “Llora corazón”, entre muchos otros, llegó a su residencia la mejoría fue notable. (Vea el video: Desde su casa, Hugo 'Sabor' Alandete le canta a los cartageneros)
“Mi papá llegó con oxígeno las 24 horas. Además estaba muy débil porque perdió más de 8 kilos estando hospitalizado. Ya terminó el tratamiento con antibióticos lo que quiere decir que la neumonía ya fue superada y el oxígeno solo lo usa de noche desde hace una semana. Todo eso habla de su franca recuperación”, dice Claudia Alandete, hija del maestro y quien se ha apersonado del estricto cuidado de su padre.
Al visitar a Hugo no queda duda de que es el consentido de su casa y motivo de la inmensa alegría que siente su familia de tenerlo cerca. Todos allí están pendientes de que esté cómodo, de que no haga trampas con su rigurosa dieta y de que no se agite mucho ni se exalte.
“Aquí la dieta cambió para todo el mundo, ahora todos comemos bajo de sal y de azúcar. Cero grasa y muchos alimentos saludables, esto con el fin de que mi papá no se antoje de cosas que le prohibieron los médicos durante este periodo en el que tiene que fortalecerse para que definitivamente se decida si es necesario operarlo para implantarle un cardiodesfibrilador o no”, explica Claudia, quien maneja al dedillo la historia clínica de su padre.
El mejor regalo
Haber pasado la Navidad y el año nuevo con sus seres queridos, no tiene precio para Hugo Alandete.
“Si usted me pregunta qué me trajo el niño Dios esta Navidad yo respondo inmediatamente que el mejor regalo del mundo, estar con mi familia y las demostraciones de afecto de mis amigos y mis admiradores. A principios de enero pude salir a ver las luces de Navidad en el Centro, eso fue un espectáculo porque Cartagena es mi vida. Ahora me siento chévere y voy a recuperarme pronto, porque cuando esté listo me vuelvo a subir a una tarima”.
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