Atraco y persecución en el Centro Histórico

La persecución en el Centro Histórico no fue suficiente. Los cuatro atracadores de la joyería Emerald Trade Center evadieron las balas y consiguieron cruzar varias calles en contravía para salir hacia la Avenida Santander. Desde entonces, el paradero de los dos hombres y dos mujeres que ayer en la mañana se llevaron delante de turistas dos maletas cargadas de joyas y esmeraldas se ha convertido en obsesión para la Policía. Dos cámaras de seguridad en la calle Santo Domingo grabaron el millonario robo. En una de ellas, instalada sobre la puerta principal de una joyería a menos de 100 metros de la plaza del mismo nombre, los investigadores de la Sijín e incluso, el propio general Ricardo Restrepo Londoño, comandante de la Policía, pudieron ver los rostros de las dos parejas antes de llegar a su objetivo. Según testigos, eran entre las 10:30 y 10:45 a.m. Los dos hombres y las dos mujeres caminaron desde la Plaza de Santa Domingo hasta la joyería. Pasaron muy cerca de un policía que siempre presta vigilancia en ese sector y se mezclaron entre los turistas. Al entrar al negocio, en el primer piso del edificio Benjamín, No. 3-63, dos de los sujetos sacaron sus armas e intimidaron a la esposa del dueño y a su ayudante. Éstos apenas se acomodaban en sus puestos porque habían abierto unos minutos antes. Al joven lo ataron de manos y lo sentaron en el piso. A la mujer la obligaron a abrir las vitrinas. Al ser sorprendida intentando presionar el botón de la alarma, uno de los asaltantes le pegó dos veces en el rostro con la mano abierta. Las dos mujeres que acompañaban a los ladrones se quedaron viendo las vitrinas en la entrada para no despertar las sospechas de los turistas que pasaban por el frente. En dos maletas, los individuos metieron joyas y esmeraldas que estaban guardadas en dos cajas. El robo duró entre 7 y 10 minutos. En otra cámara de seguridad se observan cuando salen de la joyería y caminan hacia la esquina. Allí suben a un automóvil Mazda Allegro, de color gris y con vidrios polarizados. Persecución y fuga Apenas se montan al carro, la esposa del dueño de la joyería sale gritando y le avisa del robo a otros dueños de negocios similares que hay en esa calle. Uno de éstos sale en persecución de los delincuentes en su vehículo. Los alcanza cerca de la Plaza San Diego, pero los atracadores cruzan en contravía por una calle, pasan al lado de tres policías que tienen un control en la entrada al Centro Histórico y se van hacia la Avenida Santander. Uno de los uniformados sube a un taxi y se suma a la persecución, pero otro vehículo les imposibilita el paso. Los delincuentes, entre tanto, se dirigen a Crespo, pero una cámara en ese sector los capta cuando cruzan hacia Torices. En este punto, la Policía los pierde de vista. “Busquen en los parqueaderos, en la salida a Barranquilla, trasladen la búsqueda a otros barrios. Los sospechosos van en un Mazda Allegro de gris, revisen todos los carros con esas características”, grita un oficial por su radio de comunicación mientras coordina el operativo desde el sitio de los hechos. La Policía dice que retuvo a los dos ocupantes del carro que imposibilitó el paso al uniformado para establecer si serían cómplices de los asaltantes. El general Restrepo Londoño confirmó más tarde que, en efecto, investigan a dos sospechosos. “Estamos en estos momentos realizando el ‘Plan Candado’ en toda la ciudad, hacemos los cierres para localizar el vehículo, tenemos a dos sospechosos, pero aún no hay nada concreto”, manifestó el general Restrepo Londoño tras observar las cámaras de seguridad en la calle Santo Domingo. Averiguaron por argollas A través de las cámaras, los investigadores de la Sijín pudieron detallar las características de los delincuentes. Uno de los individuos es de contextura gruesa y entre 1,60 y 1,63 metros de estatura. El otro es más alto y delgado. Ambos tienen el cabello corto y vestían deportivamente. Las mujeres también llevaban puestas bermudas y son de piel trigueña. Una empleada de la joyería las reconoció e indicó que son las mismas que al finalizar la semana entraron para cotizar unas argollas matrimoniales. La Policía cree que la banda vino de Barranquilla, por eso extendieron los operativos hacia las vías que van a esa ciudad. Los investigadores de la Sijín presumen que los delincuentes aún no han salido de la ciudad y que podrían estar hospedados en un hotel o en casa de un conocido. Los dueños de la joyería no precisaron la cuantía del robo, pero por los características de las prendas se cree que las pérdidas podrían superar los 100 millones de pesos. Comerciantes de la zona y vendedores ambulantes dicen que es la primera vez en muchos meses que ocurre un robo de esas características en el Centro Histórico. El último atraco a una joyería ocurrió el año pasado en El Laguito. En rápido operativo, la Policía le dio captura a los asaltantes cuando pretendían salir de Bocagrande.