Sucesos


Avances escabrosos en el caso de la muerte de Erika Yeneris

EL UNIVERSAL

15 de octubre de 2009 09:34 AM

Según lo estableció Noticias RCN la Fiscalía está cada vez más cerca de llegar a los responsables del cruel asesinato de la esposa del comandante operativo de la Policía de Tolima, Joaquín Enrique Aldana Ortíz. Según el informe de los investigadores, en el homicidio participaron al menos dos hombres, uno de ellos experto en criminalística. La Fiscalía descubrió detalles sorprendentes, uno de los sospechosos mató a la mujer de un severo golpe en la cabeza y el otro utilizó químicos, para evitar que el cuerpo dejara huellas de sangre. La Fiscalía tiene claro que Erika Yeneris fue asesinada a las 9 de la noche del 10 de septiembre en un lugar aún no establecido y que de allí su cuerpo fue llevado al lugar donde fue desmembrado, durante un impresionante procedimiento que duró dos horas, al parecer por una segunda persona que recogió el cadáver. La persona que la asesinó, utilizó un arma contundente con la que le propinó un golpe en el cráneo. Los primeros resultados apuntan a que este segundo implicado, al parecer un hombre, utilizó una mezcla de isodine y alcohol para evitar que el cuerpo sangrara y dejara huellas. Posteriormente, el cadáver fue lavado con un blanqueador químico de ropa, antes de ser introducido en las bolsas plásticas en las que aparecieron las partes. Los forenses que tiene el caso sospechan que el cadáver sufrió golpes posteriores al asesinato y que con un bisturí, el rostro de la víctima fue desfigurado. También se estableció, en principio, que este mismo hombre retiró al cadáver una o dos de sus costillas, para evitar que fuera identificado como el cuerpo de una mujer. Igualmente le deformó la zona del busto. El informe inicial revela que la mujer no fue víctima de vejámenes sexuales, por lo cual descartarían la presencia de un psicópata sexual. En la casa de la pareja, los investigadores no encontraron sangre ni sudor de la víctima, mientras que el examen de luces arrojó resultados negativos, que volverán a ser practicados. El coronel Aldana no ha sido vinculado a la investigación, pues sus primeras declaraciones fueron apoyadas por sus hijas y la empleada de servicio, en el sentido de que a la hora del crimen, se encontraba en la casa. Es tal el interés que este escabroso hecho ha despertado entre investigadores de la Policía y la Fiscalía que las dos entidades acordaron solicitar el traslado de las pesquisas a Bogotá para evitar la contaminación de las pruebas.

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