Sucesos


Bajo la mira del sicariato

EDWIN TORRES PADRÓN

26 de febrero de 2010 12:01 AM

14 de enero. 8:45 a.m. Un sicario se camufló entre carros estacionados frente a un edificio en el exclusivo sector El Laguito y disparó contra José Vicente Guerrero Martínez, de 59 años; y su yerno William Amézquita, de 22. Ambos habían llegado tres días antes a la ciudad, procedentes de Cali, cuando encontraron la muerte. La rápida persecución de la Policía evitó que el asesino saliera del barrio Bocagrande. 13 de febrero. 7:30 a.m. Dos sicarios llegaron a una tienda de esquina en la calle José Vicente Mogollón, en El Cairo, y asesinaron a su propietario, Alfredo de Jesús López Martínez. 13 de febrero. 9:30 p.m. Un hombre bajó de un automóvil Chevrolet Corsa, de color azul, y mató con una pistola 9 milímetros al dueño del restaurante La Carreta, Jorge Enrique Conde Cedeño. El crimen ocurrió en una calle céntrica del barrio Manga. 23 de febrero. 6:30 p.m. Frente a su negocio, en la Avenida Pedro de Heredia, sector El Toril, fue muerto a tiros el conocido comerciante de esa zona Luis Alfonso Baldiris Payares, de 42 años. Un hombre le disparó, tras una breve discusión. Todos ellos eran comerciantes y son 5 de las 31 víctimas que ha dejado este año el sicariato en Cartagena. Aunque ninguno de esos casos guardan relación entre sí, obedecen, según la Policía, a los dos motivos que han aumentado el número de homicidios en esta capital. Muchos de los asesinados entre enero y febrero fueron blanco de extorsiones —o “vacunas”, que llaman— que se negaron a pagar. Los restantes, de acuerdo con las investigaciones, han caído en el fuego cruzado que sostienen las bandas criminales “Los Paisas” y “Los Rastrojos” por apoderarse del tráfico de droga local y de las rutas para enviar cocaína al exterior. Para los autoridades, la nueva violencia que se vive en la capital de Bolívar es producto del sicariato “importado”. Extorsión = financiación El general Ricardo Restrepo Londoño lleva menos de dos meses como comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, pero tiene claro porqué están asesinando en esta ciudad. Según el oficial, los grandes decomisos de droga han llevado a las bandas criminales a financiarse con las “vacunas” que cobran a comerciantes, tenderos, prestamistas y a “jíbaros” dedicados al microtráfico local. “Los envíos de droga al exterior han disminuido y, por la dificultad cada día para el narcotráfico, estas bandas se dedican ahora a controlar el consumo local, distribuyendo droga en los barrios y cobrando ‘vacunas’”, dice Restrepo Londoño. Esa situación, según las investigaciones, está detrás de muchos de los homicidios que han sucedido en barrios como Fredonia, Olaya Herrera y El Pozón. Las extorsiones de las bandas criminales también han cobrado sus víctimas entre tenderos y comerciantes. Aunque en algunos casos esa es la hipótesis que más se acerca a la realidad, las autoridades establecieron que el tendero Alfredo de Jesús López Martínez fue baleado en su negocio por negarse a pagar una “vacuna”. La Policía investiga si Luis Alfonso Baldiris, Leonardo Villadiego Iglesias y Juan Carlos Jiménez murieron por ese mismo motivo. Los tres estaban dedicados a negocios particulares. De las 31 víctimas que ha dejado el sicariato, 10 de ellas han sido por el enfrentamiento entre “Los Rastrojos” y “Los Paisas”. Entre esas víctimas, indican las investigaciones, se cuentan José Vicente Guerrero Martínez y su yerno William Amézquita. Las pesquisas le permitieron establecer a la Policía que el atentado era contra el primero de ellos en un caso de ajuste de cuentas. La otra víctima estaba en el lugar equivocado. También en esa lucha por demostrar el poder delincuencial en la ciudad perdieron la vida el abogado Raymundo Tadeo Morales Castro –9 de febrero en San Pedro-; y el taxista Geovanny Llorente Arteaga, baleado dentro de su vehículo detrás de Flor del Campo –2 de febrero. También están el tendero Arley García Giraldo, dueño de “La Picada”, en Los Caracoles –2 de febrero-; y Óscar Alberto Díaz Téllez, asesinado el 3 de febrero en las afueras de un taller de mecánica en Lo Amador. La Policía llegó a esa conclusión tras capturar a los presuntos homicidas, miembros de “Los Rastrojos”, en un allanamiento en Nuevo Bosque. Allí decomisaron una pistola 9 milímetros, municiones y cuatro teléfonos celulares. Los retenidos, “El Wally”, “Cerefo”, “El Niche” y “Jenny” están recluidos en la Cárcel de Ternera a la espera que comience un proceso por homicidio agravado y porte ilegal de arma de fuego contra ellos. Uno de los sicarios confesó que al abogado Morales Castro lo asesinaron por representar jurídicamente a varios miembros de “Los Paisas”. Sobre el caso del comerciante Jorge Conde Cedeño –Manga- se conoció que estaba en su residencia, en Bocagrande, cuando recibió una llamada a su celular de parte de un supuesto amigo que lo citaba para encontrarse con él en el restaurante. Apenas bajó de su automóvil para entrar al negocio, un sicario le descargó una pistola 9 milímetros. Jorge Conde murió en el acto. Cerca de su cuerpo, los investigadores de la Sijín hallaron 12 casquillos. La Policía cree que detrás del crimen podría estar alguien que le debía dinero. Según el general Restrepo Londoño, además de dedicarse a la administración del restaurante, Conde Londoño prestaba dinero para hipotecas. “Esa es la principal hipótesis que analizamos. Tenemos un vehículo inmovilizado, pero hasta el momento no tenemos capturados”, dice el oficial. Casos esclarecidos Datos oficiales indican que en enero hubo 28 homicidios, 19 por sicariato. Los restantes son casos relacionados con enfrentamientos entre pandillas juveniles, riña intrafamiliar y atraco. De los 28 asesinatos, 21 se cometieron con arma de fuego. Los demás fueron con arma blanca y contundente. En febrero van 16 homicidios, 12 de éstos por sicariato. De todos esos hechos, la Policía ha logrado 36 capturas, 17 en flagrancia y 19 por orden judicial. Por sicariatos se realizaron 5 arrestos –en persecución o cerca del sitio de los hechos-. Por la muerte de suegro y yerno en El Laguito fue retenido Walter Andrés Ochoa Pinedo, quien está recluido en la Cárcel de Ternera. Por el crimen de la enfermera Miladis Velandia, en La Consolata, fue capturado y asegurado por un Juez de Control de Garantías, Wilfrido Pedroza Pacheco, alias “El Tuerto”. Por el asesinato de Jaime Holguin Rojas, en el Pie de La Popa, cayeron en una persecución El Deymer, El Ayala y El César. Alias El Americano fue aprehendido luego de asesinar a tiros a Bartolomé Pedroza. También entre los sicarios capturados por la Policía está un adolescente, de 17 años, quien es señalado de dispararle al ayudante de un abogado cerca del edificio del Cuartel del Fijo, en el Centro Histórico. La víctima se salvó, pese a ser herida en tres partes del cuerpo. El menor será procesado por un Juez Único de Menores por tentativa de homicidio. Está recluido en la sede de Asomenores, en Zaragocilla. Según la Ley 1098 del 2006, o Ley de la Infancia y la Adolescencia, el adolescente, apodado El Dragón” por dos enormes tatuajes que tiene en cada brazo, se enfrenta a una pena de 2 a 8 años de cárcel. La Policía dice que “El Dragón”, a quien le decomisaron una pistola 9 milímetros, con silenciador, fue contratado en Medellín por “Los Paisas” para hacer parte de la estructura de sicarios en esta ciudad.

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