Cae jefe de pandilla en Olaya

Carlos Enrique Pérez Lara despertó para morir. El joven, de 20 años, dormía esa madrugada del 26 de abril cuando la algarabía lo hizo salir de su casa. Sólo caminó unas cuantas cuadras para encontrarse en la vía a sus enemigos de la pandilla “Los Gajos”. Pérez Lara alcanzó a correr, pero no lo suficiente para huir. Tres pandilleros lo rodearon y uno de ellos lo acuchilló varias veces. En el piso lo remataron de un balazo en la cabeza. La víctima murió antes de llegar a un centro asistencial. Ese mismo día se supo en el sector La Magdalena, en Olaya Herrera, que el victimario de Carlos Enrique fue el jefe de “Los Gajos”, un individuo mejor conocido como “el Oso”. Desde entonces, el paradero del presunto homicida fue un misterio para los familiares del difunto y una prioridad para la Policía. El martes, en un operativo en la vía a Turbaco, a un costado de la carretera Troncal de Occidente, funcionarios de la Sijín lo descubrieron. “El Oso” se escondía en una vivienda. Ahora, Manuel Eduardo Arévalo Vásquez tendrá que responder por homicidio agravado. Un Juez con funciones de Control de Garantías le definía su situación jurídica ayer en la tarde. “Este delincuente venía siendo buscado por la Policía, al figurar en su contra un requerimiento de autoridad judicial por el delito de homici-dio agravado y estar implicado en reiteradas agresiones protagonizadas con su pandilla en sectores aledaños”, dice el ge-neral Ricardo Restrepo Londoño, comandante de la Policía Metropolitana de Cartage-na. Tres muertos en 2 días Carlos Pérez Lara fue la primera víctima de los tres homicidios que ocurrieron en abril pasado, en menos de 48 horas, durante enfrentamientos entre pandilleros de los sectores La Magdalena y Playa Blanca. También se convirtió en el cuarto habitante de La Magdalena en ser asesinado en los últimos 14 meses. En represalia por la muerte de Pérez Lara, sus amigos se vengaron e irrumpieron en Playa Blanca. Pedro Rodríguez Altamar pagó por un crimen que era ajeno a él. El zapatero y herrero, de 49 años, llevaba 2 mil pesos para comprar su almuerzo cuando unos seis pandilleros, entre ellos una mujer, lo rodearon y le dispararon con un changón. Esta muerte aún sigue en la impunidad. Los enfrentamientos entre las pandillas de Playa Blanca y La Magdalena vienen de hace años, pero en los últimos 12 meses los continuos ataques han cobrado ocho víctimas fatales.