Carta de Eduardo Farah a la opinión pública

En una sentida carta enviada a la redacción de El Universal, el empresario Eduardo Farah Mardini habla sobre lo difícil que es sobrellevar la ausencia de su hijo Eduardo Farah Chaljub, asesinado el 20 de junio de 2009. También pide que se respete la memoria del joven y la dignidad de su familia.
Por el crimen de Eduardo Farah Chaljub, la justicia condenó la semana pasada a Carlos Gándara Habib a pagar 48 años y 2 meses de cárcel por el delito de homicidio agravado en concurso con porte ilegal de armas de fuego.
A continuación reproducimos la carta enviada por Farah Mardini:
Eduardito siempre fue generoso y lleno de bondad, un gran hijo, hermano y esposo…; seguramente hubiera sido un gran padre si no le hubieran negado el derecho de conocer a Marianita, su hija.
Murió joven, de 33 años, víctima de un infame homicidio. Su nombre era Eduardo Farah Chaljub, para todos Eduardito.  
Después de su asesinato intentaron, de una u otra manera, mancillar su memoria, las personas interesadas en desviar la investigación judicial y algunas otras inescrupulosas.
No se midieron antes de hacer públicas sus opiniones tanto en la calle como en medios escritos de la ciudad, aprovechándose del espacio que estos dan para que los lectores opinen.
Ningún miembro de mi familia, incluyéndome, estuvo “cegado por sed de venganza”, como alguien escribió en dichas páginas tras la máscara de un seudónimo. Se dijo también que “compramos” a las autoridades: investigadores de la Dijin, Sijin y CTI; fiscal, procurador y hasta a los jueces -porque hubo pluralidad de jueces- Ahora no sólo ofendían la memoria de mi hijo sino la dignidad de las autoridades y de mi familia.
Más allá de los principios que nos alejarían de tales desafueros, vivimos sin excesos, gracias al producto de mi trabajo diario, el cual sólo da para satisfacer la vida recatada que llevamos. Invito a quién le interese investigar nuestro patrimonio, a hacerlo. Verá que lo único que sobra en mi familia es amor y comprensión.
Los que acudieron a la primera audiencia, así como mi familia y yo personalmente, nos extrañamos por los resultados de la investigación de la Policía Metropolitana de Cartagena y la Fiscalía Seccional. Hubiera deseado que Carlos Gándara no fuera el determinador del homicidio.
Para mi familia, y aún más para mi hijo, él era uno de sus amigos.
En igual sentido no buscaría jamás que se inculpara a un inocente cuando lo que esperaba, en aras de un leve alivio, era conocer la verdad y que la justicia operara en debida forma. Nada más lleno de sentido común que esto. 
Ruego que se respete la memoria de mi hijo y la dignidad de su familia. Dios sabe que no quisiéramos estar en el lugar de la familia de Carlos Gándara y estoy seguro de que su familia no quisiera estar en el nuestro.
Por último, agradezco profundamente a todas las autoridades por el esclarecimiento de la muerte de mi hijo: Policía, Fiscalía, Procuraduría, Judicatura; a los medios de comunicación que han hecho eco de esa verdad, a los amigos por su apoyo y permanente compañía en el transcurso de esta penosa situación.
La mayor de todas las gratitudes al Todopoderoso por concedernos la gracia de un hijo maravilloso y de observarlo ahora en la infinita hermosura de su hija.
Atentamente:
Eduardo Farah Mardini.