Crímenes en la impunidad

Justicia. Ese es el clamor de las familias a las que la violencia y la intolerancia les arrebataron a uno de los suyos en 2011.
El año pasado cerró con 211 personas asesinadas en Cartagena, 88 de ellas a manos de sicarios.
A pesar de que la Policía capturó en persecución a 67 asesinos y  99  más cayeron por orden judicial aún existen decenas de crímenes que están en la impunidad.
Varios de ellos, por la sevicia con la que se cometieron o por el despliegue que tuvieron en los medios, siguen retumbando la cabeza de los cartageneros y en la de sus familiares, a quienes la falta de justicia se convierte quizás en otro dolor para sobrellevar.
Les mataron sus sueños
Cuando celebraba con sus familiares en el barrio El Socorro, la llegada del 2011, Andrés Felipe Castillo Castellón, de 5 años, fue impactado en la cabeza por una bala perdida. El niño, que soñaba con ser futbolista, falleció en el Hospital Naval, luego de cinco días luchando por salvarse.
Ha pasado un año y tres días de ese absurdo crimen y el responsable continúa libre. ¿Quién disparó?, esa pregunta retumba en la cabeza de los familiares del menor, quienes no se acostumbran a su ausencia.
Pese a la recompensa que ofreció que la Policía y a los más de 60 uniformados de la Sijín y de la Policía Comunitaria, que recorrieron las calles de El Socorro y El Carmelo buscando al homicida, no se han obtenido resultados satisfactorios.
Otro menor al que no le permitieron crecer fue a Hollman Navarro Mercado. El niño, de 3 años, murió víctima de una bala perdida, en hechos ocurridos el 30 de julio pasado, en el barrio San Francisco. Su homicida continúa libre.
El año pasado, fue sancionada la Ley 1453 de 2011, que establece penas de uno y cinco años de prisión a quienes hagan disparos al aire sin motivos.

La asesinan en su spa
El asesinato de la reconocida esteticista Elsa Porto Olivera causó conmoción en Cartagena. Un sicario le disparó el 29 de julio pasado, en su negocio Be Medical Spa, en la Carrera 5ª del barrio Bocagrande. El homicida, de aproximadamente 17 años, llegó a la estética preguntando por una limpieza facial. Al parecer pidió que lo atendiera Elsa Porto, de 44 años.
Cuando la mujer salió de una de las habitaciones, el sicario caminó hacia ella, desenfundó una pistola y le disparó cinco veces.
La Policía reveló un retrato hablado del homicida y ofreció hasta 20 millones de recompensa para quien entregara información que permitiera su captura. Cinco meses después del crimen, nada se sabe del paradero del sicario ni de las razones por las cuales Porto fue asesinada.

Amarradas y torturadas
La última vez que vieron a Diana Paola Pérez Támara y a su amiga Yaninis Pérez Fúnez estaban tomando cervezas en el parque del barrio Daniel Lemaitre. Eran las 11 de la noche del 16 de agosto de 2011. En la madrugada del siguiente día, los cuerpos sin vida de las dos jóvenes fueron hallados en una vía que de Arroz Barato conduce a Henequén.
Pérez Támara y Pérez Fúnez estaban amarradas, torturadas y al parecer, fueron estranguladas.
Los familiares de las víctimas aseguran que desconocen por qué las asesinaron. Sin embargo, presuntamente las dos tuvieron problemas con un sujeto días antes de que las asesinaran. El crimen de las jóvenes está en la impunidad.

No se pudo graduar
Manuel Mieles González no pudo graduarse de abogado. El joven, de 22 años, fue asesinado, el 5 de diciembre pasado, en la oficina 301 del edificio Banco del Estado, donde trabajaba.
El sicario llegó hasta donde se encontraba Mieles González y le disparó en ocho oportunidades. Después escapó del lugar y hasta hoy no se sabe nada de su paradero.
Aunque en un principio se presumió que a la víctima la confundieron con su jefe, las investigaciones de la Policía apuntan a que el joven estaba amenazado, se desconoce por qué.
La astucia del sicario al momento de escapar del sitio causó indignación en Cartagena, ya que el homicidio ocurrió a plena luz del día y en el Centro de la ciudad.