Dos descuidos y una tragedia

En medio del dolor que se siente en La Candelaria por la muerte de dos niños, de 2 y 4 años, durante un incendio que redujo en cenizas una casa construida en tablas, la apreciación de sus habitantes, de las autoridades y de los familiares de las víctimas es que la tragedia fue producto de un descuido. Para Reinaldo Manjarrez, alcalde de la Localidad 2, hay dos tipos de responsabilidades. Una de ellas la atribuye al mal estado de las redes eléctricas dentro de las casas y la otra recae en los padres de las víctimas. La versión que conoció el Cuerpo de Bomberos indica que mientras los niños permanecían solos en la casa, “sus padres y el abuelo estaban consumiendo licor y se encontraban en estado de embriaguez cuando se presentó la conflagración”. Los familiares de los dos hermanos reconocen que ellos no tenían compañía, pero afirman que no ingerían licor. De comprobarse que hay responsabilidades en el incendio que acabó con la vida de los dos niños, Instituciones como la Policía de Infancia y Adolescencia, Bienestar Familiar y la Comisaría de Familia tomarán las respectivas medidas, se conoció de parte de las autoridades. Entre tanto, el cortocircuito en un cable en mal estado que ponía a funcionar un abanico sin parrilla de seguridad es, para muchos, el origen de la conflagración. Un familiar de los niños asegura que el ventilador estaba frente al más pequeño de ellos cuando su hermanita lo tropezó accidentalmente. Al caer, cuenta el allegado, se presentó el cortocircuito. La niña, de 4 años, habría muerto en el acto tras electrocutarse con el cable. Quizás por eso, explica su familiar, su cuerpo quedó debajo de la cama y fue difícil de encontrar. Las llamas se propagaron fácilmente por la cama y las tablas de la casa. En cuestión de segundos, el incendio redujo a cenizas el hogar de Erica y Alfonso. El fuego también los dejó sin dos de sus cuatro hijos.