El Ñato murió en su ley

Alejandro García Roa convenció a sus familiares de que su suerte estaba en Bogotá.
Por eso, hace 15 días, el joven empacó su ropa en un maletín, y salió de su casa en la calle Los Almendros del barrio Boston rumbo a Bogotá. Dijo que se ganaría la vida laborando como albañil.
Pero las verdaderas intenciones de el Ñato, como era conocido García, eran muy diferentes a trabajar tirando pico y pala.
El Ñato, de 22 años, no se quedó en Bogotá sino que se fue para El Espinal (Tolima).
En ese municipio lo asesinaron el viernes pasado, en medio de un frustrado atraco a un agricultor. El hecho ocurrió en la carrera Quinta del barrio Centro.
Según la Policía del Tolima, García Roa y un sujeto identificado como John Jairo Laserna Ríos intentaron atracar a un agricultor que retiró 11 millones de pesos de una entidad bancaria.
El agricultor, que estaba armado con un revólver, se opuso al atraco y se enfrentó a los dos “fleteros”. En medio de la balacera, Alejandro García recibió dos disparos: uno en el cuello y otro en la pelvis. El joven murió en el sitio del hecho.
El agricultor fue impactado en el abdomen, y lo trasladaron al Hospital de Girardot. Su estado no es de gravedad.
La Policía reportó la captura de Laserna Ríos, de 29 años, que tenía en su poder un revólver, calibre 38. Dicen las autoridades que Alejandro García portaba un arma similar.
También se incautó una motocicleta, de placa HXQ 90B, en la que se movilizaban los dos presuntos delincuentes
“No sabemos nada”
En casa de Alejandro García, sus familiares aseguran que desconocen cómo ocurrió el hecho que le costó la vida.
“Nosotros no sabemos cómo ocurrieron las cosas. Yo no hablaba con él desde el día que se fue. Mi mamá me decía que Alejandro estaba bien, pero nadie sabía en realidad qué estaba haciendo”, cuenta Jennifer García.
Sobre el Ñato se conoció que hace dos años prestó el servicio militar en la Armada Nacional. Desde que regresó a la vida civil, no consiguió un trabajo estable.
“Él no trabajaba, a veces salía con un primo, pero no era mucho lo que hacía. Nosotros vivimos de un cuarto que tenemos arrendado en el patio, y de la plata que nos mandaba mi mamá que trabaja en Venezuela”, dice Jennifer García.
El cuerpo de el Ñato llegará hoy de Tolima, y será velado en su vivienda.