Elías buscaba comida para 8 hijos cuando lo arrolló un bus

Gladys Barrios permanece tranquila para no entristecer a sus ocho hijos, pero cuando le preguntan qué será de su vida no puede evitar que las lágrimas invadan su rostro. Su marido, Elías Simanca Salas, era el sostén de su hogar. Las llantas de un bus de Cootransurb le arrebataron la vida a él y la dejaron a ella impotente y atada de manos. Esa es la tragedia que hoy vive una familia que se vino de La Guajira hace 10 años en busca de un mejor porvenir. El drama de Gladys y sus hijos, la mayor de 14 años y el menor de apenas 12 meses, lo sienten por igual sus vecinos en el sector La Unión, en El Pozón. Todos lamentan la muerte de Elías y también reprochan la actitud de los vándalos que hicieron de la tragedia algo parecido a una fiesta. Del bus, de placas UVV-569, sólo quedó un “cascarón” chamuscado. El mofle, las sillas, la cabina, los espejos, el radiador, las luces y la tapa del motor “desaparecieron”. Testigos aseguran que hubo quienes utilizaron martillos y seguetas para hacerse a un pedazo del vehículo. La turba que protestó por el accidente desvalijó el bus y luego le roció gasolina para prenderle fuego. Johnny Elles, su conductor, se salvó porque corrió hacia el CAI de Policía más cercano. Ni siquiera el Esmad pudo contener esa furia. Sólo ayer, a las 8 de la mañana, las autoridades pudieron retirar de la carrera 88 o calle principal de El Pozón, lo que quedó del bus, que en su último viaje se llevó la vida de Elías Simanca. “No lo vio” No era su costumbre salir después de llegar del trabajo, pero sus ocho hijos y su mujer necesitaban comer. Elías sólo tuvo tiempo para bañarse y cambiarse de ropa apenas regresó a su casa, a las 6:30 de la tarde del miércoles. Simanca Salas, de 35 años, laboraba desde hace 6 meses como operario de un proyecto de saneamiento ambiental en Villa Estrella. Faltando 10 minutos para las 7 arrancó en su moto hacia la calle principal de El Pozón en busca de un restaurante. Pasaba por Ciudadela La Paz cuando sucedió lo inesperado. Elías iba con dirección a la vía de La Cordialidad. Los residentes el sector dicen que al notar un pequeño trancón, se hizo a un lado, a su izquierda, para esquivar a un bicitaxista. Del lado contrario venía el bus, muchos dicen que a exceso de velocidad. El conductor asegura que no vio al motociclista cuando éste cayó tras tropezar su manubrio con la bicitaxi. En esos momentos no había luz eléctrica. El bus arrolló a Elías. El conductor frenó, pero ya era demasiado tarde. Sólo le alcanzó para correr cuando se vio la turba encima. A Elías lo ayudaron sus amigos. Lo llevaron al CAP del barrio, pero los médicos nada pudieron hacer. Su muerte fue casi en el acto. Lo que ocurrió después fue similar a la reacción de los habitantes de Colombiatón y Flor del Campo, el 3 de junio pasado, cuando una buseta de la misma empresa arrolló a dos niñas, causándole la muerte a una de ellas. El enfrentamiento esa vez entre la turba y la Policía terminó con otro muerto.