Eran las 11:45 de la mañana de ayer, cuando sentado en su motocicleta, Alberto Carlos Corcho Arroyo esperaba a sus dos pequeñas hijas para llevarlas al colegio, a pocas cuadras de su casa, en la calle 15 del barrio El Carmelo.
Su victimario no le dio tiempo ni de prender su moto. Tras caminar varios metros, se le se acercó y le disparó en tres oportunidades.
La víctima, de ocupación mototaxista y de 28 años, intentó poner los brazos para protegerse. Los proyectiles se alojaron en su abdomen y pecho. Otro hirió en el brazo a un joven que pasaba por el lugar.
El asesino corrió hacia la moto en la que lo esperaba su cómplice y escaparon con rumbo a la carretera principal de El Carmelo. Pero no todo salió como lo esperaban los homicidas, ya que en su huida se encontraron con un patrullero que se dirigía a su casa a almorzar.
El Policía inició la persecución de los sicarios, a la que se unieron varios mototaxistas.
Los dos asesinos no llegaron muy lejos. Dicen testigos, que éstos se metieron por una calle que está sin pavimentar y el conductor de la moto perdió el control por la velocidad que llevaba.
Ambos cayeron de la motocicleta, lo que fue aprovechado por los mototaxistas para atraparlos.
“Los cogieron y los levantaron a piedras. Los refuerzos de la Policía llegaron rápido, pero no pudieron controlar a la cantidad de gente que le estaba dando golpes a esos dos tipos. Al final los policías se los llevaron para la estación de Los Caracoles, pero iban reventados”, dice un testigo.
Al parecer, al homicida le hallaron una pistola 9 milímetros.
Los dos sujetos fueron presentados ayer, ante un Juez de Control de Garantías que les resolverá su situación jurídica.
No llegó a cirugía
Mientras la Policía y mototaxistas evitaban que el crimen quedara en la impunidad, en El Carmelo los familiares de Corcho Arroyo vivían su drama. Al mototaxista lo montaron en una camioneta y lo trasladaron al CAP del barrio Blas de Lezo, pero su muerte se produjo minutos después de ingresar al puesto de salud.
La Policía dice que no se tienen claros los móviles de éste crimen, por lo que se espera que la captura de los sicarios esclarezca lo ocurrido.
“Era un buen hombre”
Familiares de Corcho dicen que éste tenía sólo 3 meses de estar trabajando como mototaxista. Antes estuvo laborando como vigilante.
“Era un buen muchacho, trabajador y responsable. Él no andaba en nada malo”, dice una familiar.
Alberto Corcho, padre de la víctima, aseguró que el único problema que tuvo su hijo fue hace 2 meses con un policía.
“Ese problema con el patrullero comenzó porque mi hijo no quiso detener su moto porque iba pico y placa. El policía lo persiguió y mi hijo alcanzó a guardar la moto en al casa de su mamá. El policía se metió dentro de la casa para sacar la moto, en medio del forcejeo con mi hijo se le disparó el arma y se hirió en la pierna. Otros policías agredieron a mi hijo, y el que estaba herido salió rápido de la casa y se fue. Desde ese día empezaron a molestarlo”, dice Alberto Corcho.
Por ese hecho el joven puso una denuncia ante la Fiscalía contra el uniformado.
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