En un atraco le robaron la vida

Era la última carrera del mototaxista Francisco Manuel Romero García antes de retornar a casa con el dinero para el desayuno de sus hijosPero, ese pasajero fue ayer el último en la vida del mototaxista al convertirse en su asesino.
Romero García, de 65 años, fue asesinado de un disparo en la espalda, a las 6:30 de la mañana en el barrio Bruselas, al oponerse a que le robaran la motocicleta.
Al caer al piso, el delincuente, que fue identificado como Luis Carlos Cuadrado Agámez, de 26 años,  tomó la motocicleta de su víctima e intentó huir.
Pero el asesino no se salió con la suya, una cuadra más adelante, la motocicleta se le apagó y como no pudo volver a encenderla huyó a pie.
Los habitantes de la calle Lozano y Lozano de Bruselas, que presenciaron el crimen, dieron aviso a la Policía de las características físicas del homicida y como iba vestido.
La colaboración de la ciudadanía fue fundamental para que el asesino pudiera ser capturado por las autoridades.
La Policía lo encontró en la Urbanización Los Tamarindos, detrás de la Clínica Crecer.
Al sujeto le hallaron un revólver calibre 38, con el cual presuntamente disparó contra el mototaxista que murió cuando era trasladado al Hospital Universitario del Caribe.
El capturado fue presentado ayer en la tarde ante un Juez de Control de Garantías, que decidirá si lo manda para la cárcel de Ternera.
Lo esperaban en casa
En el sector Obrero del barrio La Esperanza, la familia de Romero García lo esperaba para desayunar.
Los familiares del mototaxista se preocuparon cuando el reloj marcó la 10 de la mañana y éste no aparecía, ya que su costumbre era llegar a las 6:30 a.m.
Un cuñado de Francisco Romero, a quien llamaban cariñosamente “Pacho”, fue el primero que salió en su búsqueda.
El familiar dice que buscó en algunos centros de salud de la ciudad, temiendo que hubiese sufrido un accidente de tránsito, pero en ninguno dieron razón de él.
El allegado siguió recorriendo clínicas e incluso algunos CAI de la Policía esperando hallarlo con vida en algún lugar, pero la búsqueda era infructuosa.
Con el corazón en la mano y esperando estar equivocado se dirigió al Hospital Universitario del Caribe, donde le aseguraron que un hombre con las características de su familiar murió en ese centro asistencial y fue trasladado a la morgue de Medicina Legal.
Allí, luego de ver una fotografía confirmó que Francisco Romero, su cuñado, estaba muerto.