Estadounidense no estaba perdido, andaba de rumba

Lo que comenzó como la misteriosa desaparición de un extranjero en Cartagena, terminó convertida en una truculenta historia de celos y engaño.
Wendy Quiñones García denunció ante la Fiscalía la desaparición de Matthew Gerald Carolan, de quien afirmaba era su novio desde hace dos años.
Por distintos medios de comunicación locales y nacionales la mujer aseguró que el estadounidense, de 49 años, llegó a Cartagena el 24 de enero pasado para reencontrarse con ella, pero nunca llegó a su casa en el barrio Los Caracoles. La noticia prendió las alarmas de las autoridades en la ciudad. Funcionarios del  Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía y más de 30 uniformados del Gaula de la Policía, recorrieron las calles y hoteles de Cartagena buscando a Carolan.
Muchas veces, las autoridades le preguntaron a Quiñones si el extranjero conocía a otras personas en Cartagena, pero ella aseguraba ser su único contacto en la ciudad.

“No estoy desaparecido”
A las 6:30 de la mañana de ayer jueves, después de varios días sin noticias de su paradero, el estadounidense llegó al CAI de Policía de la entrada al barrio Bocagrande.
Allí le manifestó a los uniformados, que él desconocía las razones por las cuales fue reportado como desaparecido.
Matthew Gerald Carolan afirmó que el portero del hotel donde se encontraba alojado, en Bocagrande, le mostró un periódico donde aparecía su fotografía.
El extranjero, oriundo de Iowa (Estados Unidos), dijo que llegó a la ciudad el 24 de enero pasado, y tuvo una discusión con Wendy Quiñones, por lo que decidió hospedarse en un hotel.
“Estuve ese día en la playa y luego me hospedé en el Hotel Charleston con varias amigas. Después estuve otros días en el Hotel Dann y en el Edificio King. Yo estaba tranquilo y pasando unas buenas vacaciones en Cartagena”, comentó Matthew Carolan a las autoridades.
Cuando le preguntaron si conocía las razones por las cuales Wendy Quiñones (de quien él asegura que es solo una amiga), lo reportó como desaparecido, el extranjero dice que no sabe.
“No tengo idea de por qué ella hizo eso, si yo le ayudaba con sus hijos. Nosotros discutimos y yo quería estar solo, ella como  que no entendió eso. Lo único que les pido es que me protejan, Wendy está exaltada y tengo miedo de que me golpee, si a ustedes que son policías intentó agredirlos, no sé qué haría conmigo. Necesito que me acompañen al aeropuerto, que ya voy de salida para Estados Unidos”, finalizó el extranjero, que trabaja como ingeniero de petróleo.
Al mediodía de ayer el estadounidense abordó un avión rumbo a Miami, desde donde se dirigirá a Alaska. Antes de salir del Gaula, solo se dirigió a Wendy Quiñones para decirle que al llegar a Estados Unidos le mandaría un correo electrónico.