Estudiante mata a compañero

Una discusión entre dos estudiantes, que se inició por un computador, terminó con uno de ellos muerto y el otro acusado del crimen. El trágico caso de intolerancia ocurrió a las 7 de la noche del jueves, frente a un colegio en el barrio Los Tamarindos, en el municipio de Turbana. La víctima es Erlen Darío Acevedo Rojas, de 16 años, que cursaba octavo grado en el Liceo Mixto de Turbana. Su asesino es un compañero de clases de la misma edad, que fue capturado por la Policía y enfrenta cargos por el delito de homicidio agravado.

Su última pelea
Erlen Acevedo Rojas salió de su casa, el jueves a las 6:30 de la tarde, rumbo a su colegio. Al llegar se sentó frente a un computador, a esperar que llegaran los profesores para comenzar clases. El menor navegaba en Internet cuando llegó un compañero, con quien discutió en días pasados, y le exigió que se quitara del equipo de computo.
“Ellos empezaron a discutir y a decirse groserías. Iban a pelear en el salón, pero los compañeros les dijeron que mejor salieran del colegio para que no tuvieran problemas. Los dos se fueron para la calle y más atrás salieron los compañeros de clase. Aprovecharon que los profesores no estaban”, dice un allegado a la víctima.
Según testigos, los dos estudiantes se trenzaron en una feroz riña en la puerta del colegio.
En medio de la pelea, Erlen Acevedo fue apuñalado en el pecho por su compañero de clase. El menor cayó al piso herido de muerte, mientras su homicida huyó del lugar. Compañeros del estudiante lo trasladaron al Hospital Local de Turbana a donde, según el parte médico, llegó sin signos vitales.

Disturbios y destrozos
Los familiares del estudiante recibían la fatal noticia en la puerta del hospital, cuando a ese lugar llegó una patrulla de la Policía con el homicida. La reacción de allegados y amigos de la víctima no se hizo esperar. Una turba pedía a gritos que sacara al joven para tomar venganza por su cuenta. Los uniformados protegieron al homicida para evitar un seguro linchamiento, lo que despertó la ira de los familiares del menor.
“Empezaron a tirar piedras contra el hospital y después se metieron en la sala de urgencias. Partieron ventanas, el cielo raso y hasta los aires acondicionados. Además alguna persona se robó un desfibrilador. Las pérdidas ascienden a los 300 millones de pesos”, dice Agustín Palomino, gerente del hospital.
Los uniformados de la Estación de Turbana pidieron apoyo para controlar la situación. Luego de varias horas, la calma regresó al municipio de Turbana.