Familiares de cobrador asesinado presentían su muerte

Anderson Rivera Aguirre fue acribillado por sicarios cuando se dirigía a su casa en Flor del Campo. Familiares del joven, de 22 años, temen por sus vidas y reclaman que el crimen no quede impune.
Anderson Rivera Aguirre se sentía seguro. El joven estaba convencido que su pesadilla terminó el día que salió de Cárcel de Ternera, tras cinco meses preso por un crimen que no cometió.
Pero su tranquilidad y la de su familia se acabó hace tres semanas cuando recibió una citación de la Fiscalía.
“Lo llamó la secretaria de un fiscal y le dijo que tenía que ir porque empezarían a investigar su caso. Anderson y su amigo, que capturaron junto a él, fueron. Cuando regresó a la casa, me aseguró que yo también tenía que ir”, afirma la suegra del joven.
La mujer asegura que fue a la Fiscalía y contó lo que sabía sobre el caso de su yerno, al que acusaron injustamente del homicidio del abogado Jaime Burgos, ocurrido el 13 de julio, en Escallon Villa.
“Les dije todo y mencioné a las personas que estaban involucradas en lo que pasó a Anderson. Cuando terminé, me dijeron que habían grabado todo y que era una declaración jurada. Allá nunca me explicaron eso y me molesté mucho con el fiscal. Al volver a la casa hablé con Anderson y le dije que por esa declaración lo iban a matar. Él solo contestó que no sabía de leyes y que firmó varios papeles en la Fiscalía”, asegura la suegra de Rivera Aguirre.
Según la mujer, desde ese momento presintió que la vida de su yerno corría peligro. Sin embargo, cuenta que Rivera Aguirre siguió trabajando con ella como vendedor de ropa a crédito.
“Estaba intranquilo de lo que pudiera pasar, pero siguió trabajando para mantener a su mujer e hija. Anderson era un hombre bueno y honesto. Nadie puede decir que estaba metido en malas cosas, él vivía en función de su familia”, añade la mujer.
El miércoles a las 9:30 de la mañana, Anderson Rivera Aguirre fue asesinado por un sicario en la entrada al barrio Colombiatón.
La víctima iba en su moto, de placa EGC 93C, cuando fue interceptado por los sicarios que se movilizaban en un vehículo similar, de color negro.
A Rivera Aguirre le dieron tres balazos en el pecho, abdomen y espalda. El joven, de 22 años, murió antes de llegar al Hospital El Pozón.

Macabra coincidencia
El 13 de julio de 2011 Anderson Rivera y un amigo que lo acompañaba, fueron detenidos por la Policía en la carretera principal del barrio Chapacuá.
Los jóvenes iban en una moto, de placas EVY 30C, que ese día no podía circular.
Dos uniformados les pidieron que los acompañaran al CAI de Fredonia y ellos lo hicieron pensando que les pondrían una multa por pico y placa.
Varias horas después de su detención, Rivera y su amigo se enteraron que los acusaban del asesinato de un abogado en Escallón Villa.
Allí comenzó una pesadilla de la que solo pudieron salir a finales de 2011, cuando sus abogados demostraron su inocencia.
El miércoles, el joven tenía que ir a recoger a su suegra para hacer una diligencia. Con su esposa salió de su casa en el barrio Flor del Campo.
“Cuando iba saliendo del barrio se percató que de que estaba pico y placa. Quizás acordándose de la vez que lo capturaron, le dijo a su esposa que mejor se fuera en buseta y la llevó hasta La Cordialidad. Cuando se estaba devolviendo para su casa, lo sorprendieron los sicarios que lo mataron”, afirmó un allegado.
El cuerpo del joven fue trasladado ayer al municipio de Santa Rosa del Sur, de donde era oriundo.