Fueron en busca de trabajo y mueren arrastrados por el río

Dos cartageneros que fueron a Valledupar en busca de oportunidades laborales están entre las cuatro víctimas fatales que dejó una avalancha en el río Badillo, en el departamento del Cesar. Otro joven oriundo de esta ciudad se salvó milagrosamente. Las víctimas disfrutaban de un paseo de integración cuando ocurrió la tragedia. A ellos y demás bañistas, pobladores de La Vega Arriba, les advirtieron de las crecientes súbitas ante la fuerte llovizna que cayó la mayor parte del lunes en la parte alta de la Sierra Nevada. Los tres cartageneros y sus dos amigas residentes en Valledupar subieron a una piedra para ponerse a salvo cuando se dieron cuenta de la creciente del río. Erika Arias, una vendedora de comida del tradicional balneario La Vega Arriba, fue testigo de lo que sucedió después de las 5:30 de la tarde del lunes. “Fue terrible, era como una avalancha, una muchacha se aferró a la piedra, pero tanto a ella como los dos muchachos, que estaban también en la piedra, la corriente se los llevó. Uno se salvó, mientras que los otros murieron”, relata la pobladora. Leonardo Barrios Arias, hermano de Erika, alcanzó a rescatar con vida a tres personas que la creciente se había llevado, en la parte de arriba del puente, mientras que en la parte de abajo, habían tres personas más, agarradas de un árbol. Estas últimas fueron rescatadas a las 7 p.m. por el personal del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Valledupar. De los tres salvados, dos son oriundos de Valledupar y el otro de Ciénaga, Magdalena. Los cuerpos de dos las mujeres arrastradas por la corriente fueron encontrados ayer a las 6 de la mañana, a unos 800 metros del puente, en una isla que se forma entre las piedras. Ellas eran Shirley Sequeda Torres y Elena Patricia Gutiérrez Alvarado. Horas más tarde, y en un sector más lejano, fueron hallados los cadáveres Salomón Peña y de Gustavo Araújo Torres. Anoche, las autoridades seguían la búsqueda de una niña indígena, de 10 años, quien también habría sido arrastrada por el río cerca del resguardo Cherwa. “Esto es muy bravo” Víctor Torres, uno de los sobrevivientes, narró los momentos de terror que vivió. “Esto lo veo como una nueva oportunidad que me regaló Dios. Este desastre fue muy bravo, perdí a mi primo y a un amigo, esto es muy duro”, dice el comerciante, de 34 años. Este cartagenero asegura que estaba en Valledupar haciendo vueltas de trabajo con su primo Gustavo Araújo y su amigo José Salomón Peña. Aprovecharon el viaje para pasar el fin de semana en esa ciudad y encontrarse con su amiga Shirley, quien vivió varios años en Cartagena. Víctor dice que todo fue rápido, que aunque escucharon los llamados en los que les pedían salirse del agua por la creciente, su primo y una de las muchachas se quedaron en una piedra grande y alta donde creían estarían a salvo, pero el agua se les vino encima. Ellos tres fueron los primeros arrastrados, los otros dos estaban más adelante, pero tampoco tuvieron tiempo de correr. Las víctimas Shirley Isabel Sequeda Torres tenía 28 años. Su esposo fue asesinado hace poco en la capital de Bolívar. Helena Patricia Gutiérrez Alvarado, de 29 años, era abogada y trabajaba en la Gobernación del Departamento en el área de almacén. Gustavo Araújo Torres tenía 33 años, era natural de Cartagena y vendía ‘chip’ de celulares. José Salomón Peña, de 29 años, era comerciante y vendía paquetes de minutos a celular.